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Analistas 16/09/2022

Comienzan las elecciones 2023

Hoy comienza en Turbaco, Bolívar la primera de 50 reuniones que ha propuesto el presidente Gustavo Petro para que los colombianos puedan participar activamente en los “diálogos regionales vinculantes”. Esta dinámica tiene como objetivo, en teoría, construir propuestas que sean estudiadas posteriormente para eventualmente ser incluidas en el Plan Nacional de Desarrollo. Recordemos que el importante documento que sirve de hoja de ruta para los 4 años de gobierno tiene un plazo específico de ser presentado ante el Congreso. Anteriormente se debe construir el correspondiente documento Conpes. Tanto Conpes como el Plan deben estar listos en febrero de 2023 como lo establece la Ley 152 de 1994.

El maratónico cronograma incluye visitar 50 territorios del país en lo que queda del año. La correría implica que todos los ministerios y otras entidades del Estado deban viajar a reuniones que durarán entre dos y tres días para escuchar a las comunidades. La lista de lugares incluye varios territorios apartados, con comunidades que probablemente les pidan a los miembros del equipo de gobierno cosas básicas como vías terciarias, acueductos, colegios, hospitales, conectividad a Internet, presencia de fuerza pública y otras necesidades básicas. Infraestructura y presencia estatal que por dos siglos no han aparecido en todo el país.

Lo otro, en donde el gobierno se puede llevar una sorpresa gigante, es que la gente va a pedir oportunidades económicas, empleos, empresas que inviertan y generación de actividades productivas. La reforma tributaria y otras decisiones como el desmonte del subsidio al precio de la gasolina van en contravía de esa última parte.

Decenas de miles de familias necesitan poner a trabajar a sus hijos. ¿Dónde están esas compañías que van a llevar oportunidades de empleo? La realidad es que los miembros del actual gobierno en su primer mes se han preocupado más por entregar declaraciones explosivas en medios de comunicación y redes sociales que en construir elementos atractivos que estimulen el aparato económico.

Suena lógico construir planes de desarrollo escuchando a las comunidades de manera presencial. En teoría es algo que debieron hacer todos los presidentes anteriores. Tal vez Álvaro Uribe Vélez fue el único otro mandatario que recorrió semanalmente el país con sus consejos comunitarios. La realidad política que hay detrás de todo esto va más allá de la construcción del documento. La visita este año a territorios es una estrategia de mediano plazo con mirada a las elecciones de octubre de 2023. Dentro de un año el país estará en pleno debate final para elegir alcaldes y gobernadores.

Al Pacto Histórico le interesa construir la plataforma para encontrar candidatos, ambientar la narrativa y facilitar la victoria de la mayor cantidad de figuras afines a su ideología. Políticamente es legítimo buscar espacios para hacer propaganda. Eso no tiene nada de malo. Lo que es importante es que la gente no se haga falsas expectativas cuando el resultado del ejercicio en el DNP resulte en otra cosa. Con falsas expectativas no cumplidas viene la frustración. Lo que menos necesita el gobierno es una población frustrada, que apostó por un cambio que está esperando y por ahora no se está materializando.

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