Saras

Colombia, al estar ubicado en el trópico, es uno de los países más vulnerables al aumento de la variabilidad climática. El Fenómeno de La Niña, que se presenta de manera recurrente, ha dejado huellas profundas en nuestra economía: inundaciones, deslizamientos de tierra y afectaciones graves en infraestructura, agricultura y vivienda. La Unidad Nacional para la Gestión de Riesgos de Desastres, Ungrd, ha dicho que, dependiendo de la severidad del fenómeno, La Niña tiene la capacidad de provocar daños hasta por $20 billones. La materialización de este tipo de sucesos climáticos, junto con las pérdidas asociadas, es lo que se conoce como riesgo físico, en el contexto de los riesgos climáticos a los que se enfrenta la economía.

La relevancia que han cobrado los riesgos ambientales, sociales y los derivados del cambio climático para el sector bancario se refleja en la adopción proactiva y voluntaria del Sistema de Administración de Riesgos Ambientales y Sociales, Saras. Actualmente, 37% de las entidades agremiadas a Asobancaria han desarrollado e implementado este sistema en sus modelos de gestión. Incluso, en 2024 se evaluaron $73,5 billones a través de estos Saras y se desembolsaron cerca de $29 billones. Esto refleja que existe una tendencia creciente entre las entidades por mejorar y consolidar un Saras robusto que permita una mejor identificación, evaluación y gestión de estos riesgos no tradicionales.

En 2024, la Superintendencia Financiera de Colombia, SFC, para el ejercicio de Esquemas de Pruebas de Resistencia, incluyó los efectos de un escenario climático adverso en las principales entidades del sistema, con el fin de analizar los impactos, la capacidad de respuesta y la resistencia del sector ante su posible materialización en el mediano plazo. El ejercicio mostró que el riesgo de crédito presentó el mayor impacto, pues el exceso de precipitaciones afecta el flujo de caja de algunos deudores y, por ende, su capacidad de pago.

La semana pasada la SFC publicó para comentarios la tercera versión del Proyecto de Circular Externa 004 cuyo propósito es impartir instrucciones para la gestión de este tipo de riesgos. Reconocemos y agradecemos que el Supervisor haya tenido en cuenta los comentarios y la retroalimentación que el sector ha realizado, permitiendo que esta normativa se alinee con las capacidades y necesidades existentes. La incorporación del principio de proporcionalidad y relevancia en el diseño del Saras, la posibilidad de definir un filtro inicial, así como la especificación de indicadores de referencia (adopción voluntaria) son características relevantes en lo que respecta al contenido del Proyecto.

La adopción del Saras es un gran avance en la regulación de las finanzas sostenibles en el país, aunque persisten retos. Si bien los riesgos climáticos presentan el mayor progreso en metodologías y estándares, aún falta avanzar en lo relacionado con la medición y gestión de los riesgos sociales y los asociados a la naturaleza y la biodiversidad. Para ello, se necesitan nuevas herramientas y enfoques que aborden estos riesgos menos explorados.

Estos serán precisamente algunos de los temas que se abordarán el próximo 4 de septiembre durante el 7° Congreso de Finanzas para la Equidad, la Sostenibilidad y la Transformación (Fest) de Asobancaria. En este evento discutiremos sobre las finanzas de la naturaleza y la gestión de los riesgos asociados, así como las tendencias recientes a nivel internacional de la regulación sostenible y su impacto en Colombia.