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Analistas 09/03/2019

Libros de texto: ¿hasta cuándo?

Javier Villamizar
Managing Director

La llegada de las tabletas como el iPad de Apple generó una transformación interesante en la forma en que consumimos los contenidos digitales. Las tabletas, mas allá de ser un reemplazo del computador portátil en toda su extensión, han revolucionado la manera en que muchos tenemos acceso a libros, noticias y video. Para los “no-millennials”, el formato de una tableta resulta natural en términos de tamaño, portabilidad y simplicidad para el consumo de contenido al representar una evolución relativamente pequeña en la forma en que accedemos al mismo. Una tableta es resumidas cuentas reemplaza el papel o la pantalla de una televisión y al mismo tiempo se convierte en una ventana a vastas colecciones de libros, películas, documentales o series de televisión a las que podemos tener acceso en cualquier momento.

En muchos centros educativos, el uso de tabletas y computadores portátiles se han vuelto un mecanismo para aliviar el peso de los libros de texto en las mochilas de los estudiantes, sin producir la transformación estructural que por ejemplo los teléfonos móviles han generado en miles de actividades de uso cotidiano. El libro de texto, como lo comentaron Bill y Melinda Gates hace unos días en su carta anual se está volviendo obsoleto y en poco tiempo debería desaparecer, al menos en la forma en que hoy lo conocemos. El incremento exponencial del acceso a la conectividad de banda ancha, el abaratamiento del “hardware” de tabletas y computadores portátiles, el acceso a sofisticadas aplicaciones educativas, junto con la llegada de profesores con perfiles nativos digitales, debería empezar a generar una transformación del proceso educativo en las escuelas primarias, secundarias y en las universidades.

La transformación de la forma en que niños y jóvenes aprenden las asignaturas básicas es fundamental en un mundo donde el conocimiento no reside en un único sitio y el acceso a la información y los contenidos es radicalmente mas rápido, abierto y barato que hace 20 años. El libro de texto, como una herramienta autocontenida de conceptos y ejercicios debería transformarse en una guía de aprendizaje apoyada en videos, aplicaciones y contenido en línea que se actualiza, evoluciona y crece de manera dinámica y en tiempo real. El libo de texto, o como sea llamado en el futuro debe ser una hoja de ruta que guíe al alumno en un proceso de exploración y construcción del material educativo.

De la misma manera, la labor del maestro ha de evolucionar de un papel de “sabelotodo” y evaluador del aprendizaje, hacia un rol de guía y supervisión, que enseñe al estudiante los criterios necesarios para llevar a cabo la selección de los contenidos apropiados para aprender un determinado tema. La desaparición del libro de texto como hoy lo conocemos abrirá la puerta a los estudiantes a ser expuestos a una amplia variedad de fuentes, con diversos criterios de profundidad y estilo, lo cual, con la dirección correcta, contribuirá al desarrollo del pensamiento lógico-deductivo y el sentido crítico del estudiante. La transformación del proceso educativo y de la forma en que se enseña en los centros docentes actualmente hacia un ambiente donde el contenido a aprender no está en un mismo lugar, sino que debe ser encontrado y obtenido de diversas fuentes, impulsará la capacidad investigativa de los alumnos y producirá profesionales con criterios mas claros y amplios a la hora de filtrar la información que consumen lo cual se reflejará de manera positiva en su producción intelectual.

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