.
Analistas 14/05/2025

A pesar de los pesares

Javier Arenas Romero
Director Harmex S.A.

Escribir sobre el concepto de positividad como una solución evolutiva, y más tendiendo hacia el entorno político, puede resultar cursi, poco realista e idealista, por el momento específico que vivimos: sectarismo ideológico, conflictos sociales, retroceso económico, ataques a la institucionalidad, y un marcado desgobierno, entre muchos otros males.

No es la intención referirme al deterioro de la Colombia actual, puesto que precisaría resumir un sin número de estudios, noticias, y publicaciones independientes que diariamente se leen y escuchan en medios de comunicación, artículos de columnistas especializados y las redes sociales en general, donde se exterioriza la enorme dosis de pesimismo que emanamos en todos los ámbitos sociales; por el contrario, va siendo el momento de preguntarnos: ¿qué clase de futuro nos aguarda cuando la desesperanza, el miedo y la incertidumbre están consumiendo la sociedad? Es una pregunta a la que deberíamos buscarle respuesta.

Para intentar cambiar la tendencia y la manera en que vemos las cosas, es perentorio involucrar una dosis de optimismo, por ejemplo, al entender que tarde o temprano la democracia le iba a abrir la puerta a un gobierno de izquierda, regresivo y equívoco, pero que ya fue. Estamos atravesando el momento y ahora solo debemos procurar que termine sin mayores secuelas y cicatrices y sobre todo que no se repita. Debemos explicar con base en lo ocurrido, en las reformas propuestas, y las teorías adoptadas por este gobierno, el por qué, de una vez por todas, las generaciones más jóvenes deben rechazar como modo de vida, el fracasado socialismo, el mal llamado progresismo occidental.

Es momento de entender y soportar que el odio, el negativismo, el resentimiento y la mezquindad, son trastornos de comportamiento que imposibilitan la correcta dirección de un gobierno, cualquiera que sea, y más en un país como el nuestro dónde aún padecemos conflictos y tensiones internas. Debemos buscar y popularizar la imagen de tantos líderes que han llevado sus pueblos al desarrollo, al futuro, y los que los han retrocedido a la edad de las tinieblas; buscar que sea el próximo gobernante motivo de admiración y orgullo, de dedicación y buena voluntad.

Faltando algo menos de 500 días para el cambio de Gobierno, se hace indispensable absolutamente, como votantes activos, buscar la reconstrucción social, con un candidato que simplemente tenga virtudes de liderazgo positivo. Debemos exigir un comportamiento responsable como modelo a seguir, alguien que se comprometa públicamente con un código ético de conducta y que se obligue a cumplirlo, debe sustentar una educación moral de principios y ser parte de una familia bien constituida, positiva, unida y cariñosa que soporte su estabilidad.

Debemos escoger con la facultad democrática que aún existe, un nuevo jefe de Estado correcto, que se enorgullezca del cargo, sin resentimientos ni historias delictivas, un ser humano probo con principios espirituales congruentes, así como la gran mayoría de colombianos, creyentes y crédulos, pero temerosos de obrar el mal, no reducido a la esclavitud del vicio y la neurosis.

Con añoranza recordamos el paso de gobernantes, tal vez los mejores, quienes públicamente aceptaron la realidad de su cargo como la bendición y la confianza que Dios deposita en los líderes para servir a sus congéneres, para hacer prosperar un país. Ahora bien, no solo gobernantes sino funcionarios públicos que opten por la alegría como un estilo de vida congruente con los bien nacidos; dice un adagio popular que no hay soberano sin pueblo ni líder sin equipo, por eso creer firmemente que la inteligencia colectiva es siempre mayor que la individual y que la escogencia de personas con talentos y virtudes, para equipos de gobierno, son razones para alimentar el optimismo y la positividad, sentimientos obligados para encontrar la felicidad.

La Universidad de Harvard, en EE.UU. ha estado desarrollando el estudio científico más largo y completo sobre la felicidad humana, iniciado en 1938 y con la evolución de dos y tres generaciones, cita en uno de sus apartes donde se hace referencia al arrepentimiento y al remordimiento como sentimientos negativos, que, enfocados positivamente, pueden ayudar al mejor aprovechamiento de la vida futura; es decir, el uso correcto no es el del lamento si no como medio de lograr construir de manera distinta el futuro.

El arrepentimiento es el primer paso para el cambio y la no repetición.

Conozca los beneficios exclusivos para
nuestros suscriptores

ACCEDA YA SUSCRÍBASE YA

MÁS DE ANALISTAS

ÚLTIMO ANÁLISIS 19/06/2025

Choque de trenes

Viene un periodo de violencia política, de amenazas constantes, de narrativas de odio y de mayor polarización, lo cual pondrá a prueba la fortaleza de nuestras instituciones

ÚLTIMO ANÁLISIS 18/06/2025

Las barreras del hambre

En vez de perseguir a los menonitas y los empresarios del agro, como lo han hecho en este mandato, el próximo Gobierno tiene el deber de crear las condiciones jurídicas para que se pueda desarrollar una agricultura moderna

ÚLTIMO ANÁLISIS 17/06/2025

La FDA lo confirma: el café es salud y eso cambia todo

Lo que ha ocurrido con el café es una señal de hacia dónde se mueve el mundo. Las decisiones de consumo ya no se basan únicamente en sabor o precio, sino en impacto