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Analistas 13/11/2021

"Containergedón"

Hernán David Pérez
Asesor en transformación digital y productividad

Armagedón es un término bíblico del libro del Apocalipsis y en muchas culturas se emplea para referirse a grandes catástrofes. Este es un buen símil para describir la actual “crisis de los contenedores”, la cual esta impactando negativamente la velocidad de recuperación de la economía mundial después de la pandemia del covid-19.

El “containergedón” se fundamenta en la simultaneidad de cinco elementos que han generado un desbalance entre la oferta y la demanda en el transporte marítimo: (i) Más del 90% del comercio global se moviliza por el mar, y el 60% de la carga se transporta en contenedores.

(ii) En los últimos años la industria naviera ha tenido bajos márgenes de utilidad, reduciendo los niveles de inversión en nuevos buques y contenedores, situación que se exacerbó al inicio de la pandemia, y consecuentemente redujo aún más la oferta.

(iii) La pandemia generó cambios en los hábitos de consumo, y gran parte de los gastos de las familias en servicios fuera del hogar se redirigieron a la compra de bienes de consumo, creando una sobredemanda en el comercio de productos tangibles, lo que generó una mayor demanda en el transporte marítimo desde Asia hacia Occidente.

(iv) En muchos países, las operaciones en tierra -puertos, aduanas y transporte terrestre- no se encontraban dimensionadas para absorber el pico de demanda actual, generando largas colas de espera para el atraque de los buques.

(v) El desbalance en el comercio entrante y saliente de los diferentes puertos ha hecho que muchos contenedores vacíos estén en el lugar incorrecto, generando una doble complejidad: conseguir contenedores libres en puertos de origen y conseguir disponibilidad de cupo en naves.

La combinación de todos estos elementos ha llevado a que los precios del transporte marítimo crezcan más de diez veces respecto a los valores previos a la pandemia, y adicionalmente, ante la falta de transporte se presente escasez de algunos productos, y ambas situaciones están impactando fuertemente los niveles de inflación en la economía global.

En EE.UU., el registro de inflación del mes de octubre ha sido el más alto de los últimos 30 años, y en contraposición, en conjunto en el primer semestre del año, los grandes jugadores del sector marítimo multiplicaron sus utilidades en más de 20 veces, comparados con el año previo.

El panorama es tan complejo que se ha convertido en tema de la agenda global y como evidencia de ello, en la pasada cumbre del G20, el presidente Biden exhortó por una mayor cooperación internacional para fortalecer y diversificar todo el ecosistema de la cadena de suministro global.

En el largo plazo, el “containergedón” implicará cambios en el diseño de las cadenas de suministro, y se evolucionará de un foco en optimización de costos e inventarios, hacia un modelo orientado a la resiliencia y la generación de valor, buscando un balance eficaz entre inventarios, el costo de servir y la confiabilidad en el servicio a los clientes. Esto provocará una tendencia hacia el “nearshoring” en EE.UU. y Canadá, lo que se constituye en una oportunidad para que la industria de América Latina, más allá de México, se convierta en fuente de suministro para Norteamérica.

Adicional a la oportunidad de convertirse en fuente de suministro para el mercado norteamericano, debemos considerar que el “containergedón” no será la última disrupción para el comercio global, por eso tenemos la responsabilidad de preguntarnos: ¿qué estamos haciendo para transformar nuestras cadenas de suministro de un enfoque en optimización en costos hacia la generación de valor y la resiliencia?

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