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Analistas 12/09/2023

Cambiamos o nos cambian

Guillermo Trujillo Estrada
Analista cafetero
Guillermo Trujillo

El título de la columna, una frase de Fabio Valencia al posesionar a Andrés Pastrana, sirve para recordarles a los cafeteros lo grave que puede ser, el no hacer nada.

En primer lugar, el presidente Petro pide a gritos unas reformas sin saber qué quiere, y a lo que se van a unir todas las fuerzas tradicionalmente contestatarias, -que sólo aparecen en los periodos de precios bajos a entretener incautos- como si las reformas que sí se necesitan, hicieran subir el precio interno.

El presidente debe saber que este es el gremio con la mayor participación democrática en Colombia, lo que le otorga la legitimidad para administrar los recursos de la contribución, para el bienestar de los agremiados. No obstante, como toda entidad a la que rigen principios democráticos, en sus estatutos se requieren ajustes.

Si bien este es un gremio para defender intereses económicos, desde su origen, han tenido mayor peso los productores más grandes y los municipios y departamentos con más alta producción. Al regir principios democráticos, cada cafetero debería valer igual, sin importar su tamaño; cambiaría la guerra por dominar la “Regla de Oro” y se lograría una mayor equidad.

Se deben reformar los estatutos para que la distribución de los recursos se haga por numero de cedulados, pero también se reformen las circunscripciones electorales: Es absurdo ver municipios de grandes productores y una circunscripción de 700 cafeteros, al lado otro con 12.000 cedulados, que concentran que recibe menos recursos.

El comité directivo lo deben conformar los presidentes de cada comité departamental, como en todos los gremios. Actualmente nombran unos señores, -no elegidos por los cafeteros-, sin liderazgo, que forjan su poder en la oficina central de la Federación, apretando o pidiendo favores, para mantenerse en el cargo, desconectados de la realidad que dicen representar.

Se deben prohibir los honorarios, devengados en Comité Directivo, Nacional y Departamental; son más de 120 personas que valen una millonada al gremio, que los conduce a una lucha desesperada por permanecer, por cuanto muchos viven de esos honorarios.

En consecuencia, se debería prohibir la reelección por más de un periodo de cuatro años y así se evitan prácticas antidemocráticas, como la de utilizar los extensionistas agrícolas, nombrados por cada comité departamental, para conseguir votos, y reelegir al que los ayudó a nombrar, o el que los puede hacer echar.

Es aberrante contar con miembros de comités departamentales re elegidos hace 40, 30, 20 y 10 años.

Por ejemplo, el actual presidente del Comité Directivo, Eugenio Vélez Uribe, forma parte de una familia que ha regido los destinos de los cafeteros por 96 años. Don Pedro Uribe Mejía, fundador de la Federación en 1927 y hasta su muerte, en 1971, mandó de verdad. Su hijo Hernán Uribe prestó invaluables servicios a la Federación por más de 50 años, hasta el 2000. Su sobrino Alfonso Ángel Uribe laboró desde 1984 hasta 2017 , fue el director ejecutivo del comité, hasta completar 33 años de servicio, suficientes para asegurar los votos con qué elegir -hace más de 25 años- a su primo Eugenio Vélez Uribe al comité departamental de Caldas y desde hace 10 años, es miembro del comité directivo nacional en representación de Caldas.

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