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Analistas 07/03/2023

Mochileros

Germán Eduardo Vargas
Catedrático/Columnista

Sin recursos o despojados de equipaje, terminamos arrejuntados con otros insolventes para compartir gastos. Rebuscando, usualmente nos encontramos aguardando por algún milagro, luchando contra la falta de solidaridad o improvisando atajos-escapes al andar.

Muchos gomelos que aparentan rebeldía compran mochilas glamurosas, cuyos diseños representan a culturas de las que les interesa saber “nada”; por eso transan a precio de Ferragamo la “indigencia” Wayúu. Colonialismo moderno, los tecnócratas imponen modas extranjeras y tratan a la mayoría como si fuera “nadie”, desconociendo la expresión de la Economía Popular, sus necesidades endémicas y las posibilidades que ofrece el “Problema de la Mochila”.

Esclavos de creencias limitantes o incoherentes, reducen el presupuesto per cápita porque nunca controlan el crecimiento poblacional; sin embargo, mantienen la “carga” excluyendo a la mayoría de “objetos” (personas). Prometen que el éxito individual encubrirá al fracaso común-colectivo, y deliberadamente niegan sus voluminosos errores. Además, renuncian a probar alternativas socialdemócratas, como las practicadas por el país que otorga el Nobel de Economía.

Inconsecuentes, aunque inventen eufemismos, siguen imitando a quienes se alejaron del liderazgo en los escalafones relevantes. Verbigracia, en la tierrita de Hamlet, la “flexiseguridad” garantiza empleabilidad sin obsesionarse con proteger un trabajo particular; pros y contras, reduce la influencia de los sindicatos para pactar contratos colectivos, pero agiliza la reubicación ofreciendo buena educación continua. Empero, la precariedad de los subsidios para sobrevivir está condicionada a la conducta del cesante, cuya pena debería caducar antes de cuatro años.

Aunque la Unión Europea ha recomendado ese sistema, es impopular; no obstante, su campaña arrastró al paquete chileno, la “mochila austriaca”, que pirateó a los precarios Fondos de Cesantías que existen en Colombia hace décadas. A propósito, desde la Ley 50-1990 aligeraron ese salvavidas, quitándole las improductivas prebendas por antigüedad.

No obstante, ese seguro contra desempleo no ayuda a financiar el Ingreso Digno Universal. Al igual que las pensiones, deberían compartir principios de equidad, repartición y sostenibilidad, constituyendo pilares solidario, contributivo y complementario: esto permitiría trascender, superando al modelo sueco, que se ha destacado por sobre nuestros referentes tradicionales (p.ej. EE. UU.).

Según Clouscard, las protestas del Mayo Francés reforzaron lo que supuestamente combatían: la desigualdad y el abandono social. Presidente, establezca Rentas Digna Universal y Máxima; elimine los regímenes especiales y los beneficios tributarios destinados al endeudamiento, la educación privada, las pensiones voluntarias y la medicina prepagada.

Sume al Registro Universal de Ingresos la eliminación de la reserva tributaria, o publique los microdatos anonimizados, pues la Dian está en mora con Colombia y las buenas prácticas Ocde. Aprovechando la Reforma Pensional, restrinja las inversiones de los Fondos de Pensiones a TES colombianos, y bonos de empresas públicas.

Dejemos de ocultar nuestros defectos “en una mochila”, como enseña cierta fábula (La Mochila, Jean de la Fontaine). Y reduzcamos la jornada a cuatro días, para promover el mochileo local.

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