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Analistas 13/10/2022

Los Asnos del Estado

Germán Eduardo Vargas
Catedrático/Columnista

Buridán popularizó el Dilema de un Asno que muere debido a su indecisión. Algo similar sucede en nuestros abstinentes comicios, y las inmutables votaciones del Congreso o la Corte Constitucional, donde ciertas Curvas de Indiferencia mantienen anclado a este agonizante país.

Él era discípulo de Ockham, cuyo Principio de Economía rezaba por la «Simplicidad». Sin embargo, aquí prefieren Reducirla al Absurdo: dado que cualquier reforma es tan mala como las demás, la recortan hasta condenarla a la inacción.

«Complicando» más la situación, al unísono nos quejamos -especialmente por nimiedades-, pero nadie corta ni presta el hacha: no permitimos priorizar entre tantas crisis sistémicas y tampoco nos comprometemos con ninguna alternativa. Colmo de males, MacMaster pasó de promover en el sector público Prosperidad Social, a escudar la concentración de la riqueza desde un gremio cuya desgracia es preferir que casi nada cambie, como si casi todo estuviera bien.

Presionado por la ortodoxa corrupción del statu quo, local y global, el incompetente y soberbio BanRepública abusa emitiendo Gritos de Independencia, e ignorando la Interdependencia, Solidaridad y Sostenibilidad. Así, el PowerPoint que proyecta siempre es idéntico, y seguimos amarrados al Mal Menor, por no elegir el Bien Mayor o Común.

De acuerdo con la Ethica de Spinoza, los colombianos actuamos como el Asno de Buridán; por esa razón los Diálogos Regionales serán tan inútiles como la Planeación Centralizada. Entretanto, las socioeconomías aparentemente desarrolladas afrontan la Paradoja de Tocqueville, cuya relatividad de la pobreza difiere de la visión marxista que vinculaba las revoluciones a la objetividad de la miseria.

Aquel francés también advirtió que el momento más peligroso para un mal gobierno aparece cuando emprende reformas. Aquí y ahora, el Gobierno del Cambio defraudó con la Tributaria, y difirió las demás, que agregarán más ceros a la Izquierda; previamente, su Pacto Histórico demostró que no haría la diferencia, modelando ostentoso por la exclusiva alfombra roja, y su coalición sigue resistiéndose a eliminar prerrogativas inapropiadas, evitando que se liberen recursos urgentes.

Cometen demasiadas «Burradas», y Petro defiende compras tan ridículas como conspicuas, para “que la Dignidad se vuelva Costumbre” entre los empleados del excluyente Palacio. Distorsionando la Equidad, a cambio de elegir para el Presidente accesorios comunes y corrientes, prefirieron otorgar tratamiento VIP a algunos Servidores Públicos.

Igual sucede con el Sindicalismo que lucha por agregar privilegios a una minoría de empleados, en detrimento de las mayorías conformadas por otros, subempleados y desempleados. En Ecopetrol, verbigracia, una empleada de servicios generales, con hijos, podía ganar más que alguien con doctorado, siendo premiada con lujosos beneficios que jamás percibirían otras personas con el mismo cargo en diferentes empresas, aunque fueran mejores en su oficio.

Tras el Cambio de Gobierno, las Nadie del Trabajo Doméstico y de Cuidado No Remunerado siguen contemplando la Paradoja de Teseo, pues las enésimas reformas estrenadas no alterarán la identidad de este naufragante barco, donde seguiremos siendo los paganos de tantas peleas de burros, como las de quienes protestan bloqueando o destruyendo el transporte público.

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