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Analistas 21/04/2023

Florecimiento indio

Germán Eduardo Vargas
Catedrático/Columnista

Marchitas, las Reuniones de Primavera del Banco Mundial y el FMI volvieron a evadir la crisis del endeudamiento. Además del «polen» estacional, demuestran alergia hacia cualquier innovación que permita al ser humano estar «pleno» (note el anagrama resaltado). Así, sin garantía de bienestar, el crecimiento del PIB o el sostenimiento de las pirámides financieras seguirá dependiendo de que las abejas “obreras” se reproduzcan, aunque nunca tengan una “colmena”.

Ahora, la caótica India superó a la mística China en el podio de sobrepoblación, que completa la potencia “pop”. Con semejante inyección de recursos frescos, contradiciendo al aforismo “mucho cacique y poco indio”, el neoliberalismo sirve a 1% oprimiendo al “resto”: los desequilibrios son axiomáticos, y los “balances” multilaterales están desequilibrados o sesgados.

Considerando las fuentes, EE.UU. coloca siete universidades en el Top-10, China 6 entre las posiciones 11-100, e India 6 en el rango 155-300 (QS, 2023). Igual, la desigualdad empeora; verbigracia, antes del coronavirus, India estaba aparentemente mejor que EE. UU. (Gini Index, 2019), pero sólo porque allá son “muchos indios”, en sentido literal y figurativo. Ergo, están igual de mal (no incluyo el estadístico chino, porque es tan falso como su comunismo).

Respecto a la esclavitud, el promedio anual de horas trabajadas, en 2017, dejaba a EE.UU. en la posición 39, registrando 1.765, e India fue 14 con 2.117. Además, la jornada china es de 9 a 9, 6 días a la semana. Congruente con la tirana “Ética del Esfuerzo”, dichos países aportan 59% de los pocos billonarios Forbes.
En los escasos cargos poderosos, India preside el G-20, la segunda al mando del FMI es india, y el nuevo cabecilla del Banco Mundial es otro indio cuyo lema es que, gracias a la hiperinflación, hay “cosas que el dinero no puede comprar: para todo los demás, existe Mastercard”.

Cuento chino, el descrédito institucional es tan absoluto como las desigualdades relativas, y cada medición o escalafón refleja insensibilidad, porque los absurdos parámetros y umbrales disimulan problemas sistémicos.

Finalmente, aunque el calificativo denote cualquier barbaridad, el Top-10 de los Mejores CEO fue monopolizado por siete indios dedicados a transar “espejitos” (Brand Guardianship Index, 2023), y el primer ministro del Reino Unido encarna su propio Karma colonial: tiene ADN de víctima, pero ideología «godopoderosa». Además, oculta evidentes conflictos de intereses con la dote de su esposa.

Colombia debería rogar condonación; pero un hipócrita prólogo de nuestro MinHacienda (Survival of the Richest, 2023), tras otra reforma tributaria fallida, liquidó cualquier esperanza. Definitivamente, Petro no ejerció un gobierno de cambio o “indie”: clasificación para aquello independiente, que rechaza los modelos imperantes -mainstream-, como Bollywood.

A pesar del Renacimiento, la civilización sigue condicionada por el “salvajismo” capitalista, el outsourcing -lavado de manos- y la inequidad. Además, estos indios no demuestran la humildad ni el desapego que promulga su presunta espiritualidad, pues se ubican 85º en el Corruption Perceptions Index (EE.UU. fue 28).

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