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Tribuna Parlamentaria 27/12/2020

La carne en el asador

Fernando Nicolás Araújo
Senador de la República
Analista LR

En los primeros 500 días del gobierno de Iván Duque, en Colombia tuvimos que padecer más de 290 protestas de diversa índole. Ha sido la actitud de una oposición organizada que ha promovido un descontento social latente pero heredado, que incluso trasciende la realidad nacional.

En Chile, el llamado estallido social, condujo a una reforma absoluta de su Constitución, pero también ha habido expresión social en Ecuador, Brasil, Francia, Estados Unidos, entre muchos otros.

Todos lo sabemos, existe un descontento social, justificado en muchos casos. Jóvenes que si superan el bachillerato, no logran la universidad, y si la logran no consiguen empleo, y si consiguen empleo entran a un círculo vicioso que poco les permite ascender en la escala social, muchos no logran la pensión y así, cada día una mayor frustración.

“Usa tu frustración y conviértela en inspiración” dice el periodista Ismael Cala. El ideal del comunicador, lo marchita el oportunismo de una oposición enrabiada que convierte la frustración en odio, peligroso para la democracia.

No fue ayer que dijimos: “menos impuestos, mejores salarios”. Por eso la propuesta de reducir la jornada laboral la antecedió una gran reducción de impuestos. La tasa total de impuestos bajó 20 puntos, la nominal de renta de 40 a 30, eliminamos para siempre la renta presuntiva, formalizamos 25.000 empresas pequeñas con la tarifa de menos del 12%, permitimos descontar el 100% del industria y comercio y del IVA por bienes de capital. ¿Entonces populista es dignificar el trabajo? ¿Es acaso oportunista, que los trabajadores puedan dedicarle 4, 5, o mejor 8 horas a la semana a sus hijos, pareja, madre o amigos?

Defendemos y defenderemos con el mismo entusiasmo, la iniciativa privada, el libre mercado y el bienestar de nuestros trabajadores. Mejor calidad de vida, mejor remunerados y mayor productividad.

En todas las reuniones con empresarios, privadas y públicas, hay una sola voz que expresa su preocupación por el descontento social, por la pérdida de confianza en el empresariado nacional, por la lucha de clases contra el establecimiento. La fraternidad social que anhelamos, no se construye con campañas emotivas, ni eslogan, ni publicidad, se requiere que pongamos la carne en el asador, ustedes, señores empresarios, lo saben hacer, construyamos esa sociedad.

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