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Analistas 07/03/2025

Me gusta tu ropa

Eric Tremolada
Dr. En Derecho Internacional y relaciones Int.

El vergonzoso escenario que montó la administración de Trump para recibir a Zelenski el pasado viernes, quería mostrar al “mundo” de los Maga (Hagamos a América grandiosa otra vez), que el líder ucraniano no muestra suficiente gratitud o respeto a EE.UU. después de tres años de ayuda militar. Por eso Donald -que suele ser tan gentil como su homónimo el pato de Disney- al recibirlo en la puerta de la Casa Blanca le dijo, “hoy estás muy bien vestido”.

En la reunión, el presidente y vicepresidente americanos increpaban a su “aliado” con cuestiones de respeto y gratitud, y cuando esta se abrió a preguntas de los periodistas, el corresponsal de Real America’s Voice, le lanzó una seguidilla a Zelenski “¿Por qué no lleva traje?”, “Usted ocupa el puesto más alto en el gobierno de este país y se niega a llevar traje” “¿Tiene usted un traje?”, “Muchos estadounidenses tienen problemas con usted por no respetar la dignidad de esta administración”. Conseguido el propósito de irritar, este respondió “usaré traje cuando termine esta guerra”, “Quizás usaré algo como el suyo, sí; quizás algo mejor, no lo sé”, o “Quizás algo más barato”.

Después el “independiente” corresponsal pasó rápidamente a preguntar si Estados Unidos enviaría más armas a Ucrania, y Trump al final de su respuesta, volvió con ironía al tema del traje, “me gusta tu ropa”, “creo que está vestido hermosamente”. La encerrona, incluía que el vicepresidente Vance elogiara a Trump por buscar una solución diplomática a la guerra entre Ucrania y Rusia, lo que generó una reacción obvia de Zelenski, quien tuteando a Vance le pregunta: “¿De qué tipo de diplomacia estás hablando?”, “¿Qué quieres decir?”. Y Vance con ánimo de humillar contesta “estoy hablando del tipo de diplomacia que va a terminar con la destrucción de su país”. Las agresiones de Vance, quien quiere verse por lo rudo como el legítimo heredero de Trump en 2028, ya se habían dado hace un mes en la Conferencia de Seguridad de Múnich cuando criticó el estado de la democracia europea, acusando a los líderes continentales de censurar la libertad de expresión y de no controlar la inmigración.

El domingo, el primer ministro británico, Keir Starmer, reunió a los principales líderes europeos, al canadiense Trudeau y, por supuesto, a Zelenski, donde se alcanzó un importante acuerdo de cuatro puntos que incluye a Turquía y Canadá, y que busca: primero, mantener el flujo de ayuda militar a Ucrania mientras la guerra continúe y aumentar la presión económica sobre Rusia; segundo, cualquier paz duradera debe garantizar la soberanía y la seguridad de Ucrania, y esta debe estar presente en cualquier negociación de paz; tercero, en caso de un acuerdo de paz, los líderes europeos trabajarán para disuadir cualquier futura invasión de Rusia en Ucrania; y cuarto, se establecerá una “coalición de países” para defender a Ucrania y garantizar la paz en el país.

Esto parece ser el despertar de Europa, sin embargo, la cuestión no es solo es de voluntad, sino de si se tiene con qué hacerlo. De ahí que Starmer presione a Trump con el argumento de que “estamos listos junto a usted para defender la democracia, para defender el principio de que hay un Estado de derecho, que un país no puede invadir a su vecino o no puede cambiar las fronteras con la fuerza. Es nuestro interés común que evitemos futuras guerras”.

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