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La economía verde, sostenible y rentable nos brinda una valiosa oportunidad para entablar una conversación honesta e informada, en la que podamos reflexionar sobre nuestros roles y aportes de cara al futuro en la construcción de un desarrollo más sostenible.
El cambio climático y la pérdida de biodiversidad son desafíos globales que trascienden fronteras y demandan cooperación, innovación y responsabilidad compartida.
Suiza está firmemente comprometida con la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Este compromiso se refleja en nuestra política exterior económica, en nuestras empresas, en nuestro sistema financiero y en el desarrollo de soluciones tecnológicas sostenibles.
Desde trenes que funcionan con más de 90% de electricidad renovable, pasando por mercados avanzados en finanzas sostenibles, hasta empresas que lideran tecnologías para la captura directa de carbono, Suiza apuesta por soluciones que protegen el medio ambiente y, al mismo tiempo, fortalecen la competitividad.
Adicionalmente, el sector privado suizo y sus empresas no solo exportan productos, también exportan estándares: de calidad, de sostenibilidad y de ética empresarial.
Esta visión de transición verde la compartimos con países aliados y amigos como Colombia. Nuestras relaciones bilaterales, que se remontan a más de 117 años desde la firma del primer tratado de amistad en 1908, se han fortalecido con una cooperación que hoy es diversa, dinámica y profundamente comprometida con el desarrollo sostenible.
Recientemente lanzamos nuestro Programa de Cooperación 2025-2028, con el que renovamos nuestra voluntad de contribuir a una Colombia más pacífica, próspera e inclusiva. Uno de sus enfoques transversales de este programa es precisamente la acción climática y ambiental, que se integra en nuestras iniciativas.
Este compromiso se materializa a través de iniciativas conjuntas que llevamos a cabo con aliados como Swisscontact, la Onudi, Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial, el BID, Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial, entre otros.
Si bien cada una de las iniciativas que desarrollamos con nuestros aliados tienen objetivos y enfoques específicos, todas comparten un principio fundamental: el compromiso con un desarrollo que sea sostenible e inclusivo.
A partir de estas experiencias, quisiera compartir tres reflexiones basadas en el trabajo que desarrollamos desde la cooperación económica Seco en Colombia.
La biodiversidad tiene potencial real para ser un motor de desarrollo sostenible: Colombia posee una biodiversidad excepcional. Se han identificado alrededor de 7.000 especies con usos potenciales en sectores como alimentos, salud o farmacéutica. Este potencial representa no solo una oportunidad para el país, sino también para un sector privado suizo que podría convertirse en socio o cliente de estos productos.
Suiza, es un país con recursos naturales limitados, sin embargo, ha demostrado que es posible alcanzar altos niveles de bienestar y competitividad apostando por el conocimiento, la calidad y la especialización. Por eso, una de nuestras prioridades en Colombia ha sido apoyar el desarrollo de cadenas de valor basadas en la biodiversidad.
A través del programa Colombia más Competitiva (implementado por Swisscontact), hemos fortalecido comunidades productoras de cafés y cacaos especiales e ingredientes naturales, promoviendo estándares de calidad y sostenibilidad reconocidos internacionalmente. A partir de la aplicación de buenas prácticas hemos mitigado más de 17.000 toneladas de CO2, lo cual es equivalente a quitar 3.600 carros particulares de circulación durante un año.
También estamos incursionando en sectores más jóvenes e innovadores, como el de los fitoterapéuticos, en alianza con la Onudi, en el marco del Programa Global de Calidad. Donde fortalecemos el sistema de calidad para que Colombia pueda vincular estos productos a cadenas de valor globales.
El mercado global de ingredientes naturales, especialmente los derivados de la biodiversidad, está creciendo rápidamente, impulsado por una mayor demanda de productos sostenibles y saludables.
Esto representa una gran oportunidad para Colombia, y desde Suiza queremos apoyar a que aproveche esta ventaja para generar oportunidades de crecimiento sostenibles.
La segunda reflexión: Es clave impulsar una industria eficiente, circular y climáticamente responsable. Suiza es reconocida por su enfoque en economía circular y uso eficiente de la energía. Este enfoque lo hemos compartido con Colombia, por ejemplo, mediante el Programa Global de Parques Ecoindustriales, implementado por la Onudi.
Este programa promueve un modelo que demuestra que el desarrollo económico rentable es compatible con prácticas sostenibles como la economía circular y la adaptación al cambio climático.
En Colombia, hemos contribuido a la creación de la Norma Técnica de Parques Ecoindustriales, y actualmente acompañamos el diseño de un proyecto de ley que establecería un marco legal para su implementación.
Además, los resultados ya son visibles:
Por otra parte, también trabajamos en la mejora de prácticas de eficiencia energética. En colaboración con Swisscontact, y ante las crecientes presiones sobre la demanda de energía, desarrollamos un piloto con empresas del sector de alimentos y bebidas para optimizar su consumo energético. Estos esfuerzos no solo reducen emisiones, sino que además generan ahorros significativos y fortalecen la competitividad.
Suiza, como uno de los principales centros financieros del mundo, está desempeñando un papel estratégico en la movilización de capital hacia proyectos sostenibles.
En 2023, los activos bajo gestión en inversiones sostenibles en Suiza superaron los 1,6 billones de francos suizos, representando más del 50 % del mercado total. Esto demuestra que los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) no solo son compatibles con la rentabilidad, sino que pueden ser un motor de crecimiento responsable.
En Colombia, apoyamos al sector financiero y público a través de iniciativas como el Green & Sustainable Finance, implementado con el BID, que fortalece capacidades para estructurar y emitir bonos verdes, sociales y sostenibles, promoviendo mercados financieros más inclusivos y transparentes.
Paralelamente, trabajamos con el IFC y el sector privado colombiano para integrar los criterios ESG en la estrategia empresarial, la gobernanza y la gestión de riesgos. Porque sin un sector privado comprometido, no es posible avanzar de forma duradera hacia una economía verdaderamente verde.
Por lo tanto, como han podido apreciar en las reflexiones y casos que compartí, desde Suiza apoyamos diversas estrategias con un enfoque respetuoso, siempre adaptado a las necesidades y capacidades locales. Nuestro objetivo no es imponer modelos, sino acompañar y fortalecer procesos liderados por los propios actores colombianos.
Para concluir, me gustaría destacar que la sostenibilidad es un desafío compartido que requiere el compromiso conjunto del sector público, privado y la sociedad civil. Espacios como este son oportunidades valiosas, no solo para intercambiar ideas y experiencias, sino también para identificar y fortalecer intereses comunes.
Suiza seguirá acompañando a Colombia en este camino, con los principios que nos definen: calidad, sostenibilidad e innovación.
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