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El espantoso atentado contra Miguel Uribe ha conmocionado al país. A esto se suman las decenas de atentados en la última semana y la virulenta violencia institucional que ha desatado Petro y su equipo con el decreto de consulta popular, el desapego a la regla fiscal y el anuncio de querer hacer una constituyente. La situación no retrae a los noventa, cuando fuimos calificados de “País Fallido”. Con el fracaso de paz total, la vida vuelve a ser un instrumento de extorsión y presión política. Ese es el triste balance de este Gobierno.
El país se le salió de las manos a Petro. Al hacer un análisis de los factores de gobernabilidad es alarmante. Estos factores han sido trabajados por autores como Lijphart, A. (1999). Patterns of Democracy: Government Forms and Performance in Thirty-Six Countries y Lukes, S. (2005). Power: A Radical View. Moisés Naím analiza cinco en una escenificación en su novela de ficción “Dos espías en Caracas”, p211. Chaves, con su padrino Fidel en 2003, definen las palancas del poder que evitaran que le hagan un nuevo golpe: 1. Dinero: controlar el petróleo. 2. Información: controlar los medios de comunicación. 3. Intimidación: controlar a la población mediante la violencia selectiva y anónima y a través del acoso judicial. 4. Concentración: controlar los organismos del Estado que limitan el poder del presidente, en especial la Asamblea Nacional, los tribunales y el Consejo Nacional Electoral, el ente encargado de organizar y supervisar las elecciones. 5. Poder de fuego: control absoluto de las fuerzas armadas.
El balance del gobierno Petro en estos cinco factores es desastroso. Está sin recursos tratando de violentar a los contribuyentes. Acosado por los medios y las redes sobre las cuales no puede ejercer control. Con un esquema de liderazgos locales con alcaldes, gobernadores y población envalentonados en su contra. Con las Cortes y el Congreso mostrando autonomía e independencia. Sin liderazgo sobre las fuerzas armadas y con múltiples grupos criminales en guerra, desafiando la legitimidad del estado.
Hay más factores de poder: Legitimidad electoral, coaliciones políticas, Influencia sobre la opinión pública, reconocimiento y apoyos internacionales. Nuevamente, el balance del gobierno es inquietantemente negativo. Su elección en juicio por la financiación, los partidos políticos unidos en su contra, desprestigiado por corrupción e inoperancia y sin respaldo internacional.
A Petro le queda solo un factor real de poder: “Control del aparato administrativo”, y desde ese puede hacer mucho daño si los contrapesos institucionales no son oportunos. Los colombianos debemos estar firmes desde la institucionalidad. Si no lo hacemos, los espacios generados por el desorden inducido serán ocupados precisamente por eso que quieren valerse de ello y el propio Petro será víctima del caos que ha generado.
Miguel Uribe es parte de esa generación brillante que debe asumir las riendas del país y que está dispuesta a hacer las grandes reformas, a hacer las grandes apuestas, la que tiene medio siglo por delante con el país que construyan. Son bien distintas las cosas que proponen a las que plantean los candidatos mayores, que no salen del menú de las propuestas acomodadas de siempre y sin asumir la responsabilidad de haber sido parte de los problemas que crearon.
El primer daño es el tránsito de la búsqueda genuina de la verdad hacia la imposición de la posverdad, donde los hechos dejan de importar y son reemplazados por narrativas conveniente