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Analistas 20/06/2017

La audaz jugada de Airbnb

Diego A. Santos
242 Media Director No Ficción
La República Más
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Mientras el sector hotelero se encierra en modernos e imponentes salones con una artillería de abogados para ver cómo acaban con Airbnb, ésta última se centra en lo que sabe hacer bien: innovar. Con 3% del mercado global de hospedaje, y un potencial de crecimiento sin fronteras, Airbnb está destinando una buena cantidad de millones de dólares al aprendizaje de máquinas y ciencia de datos. Sabe que el asunto es por ahí, que la industria hotelera no ha captado cómo competir en la era de las nuevas tecnologías y por eso sigue apostándole a los estrados judiciales.

El aprendizaje de máquinas, explicado de manera muy básica, es una ciencia que permite que las computadoras, sin estar programadas para una tarea en específico, arrojen patrones o predicciones que sirven para tomar cruciales decisiones de negocio.

Google está metido de lleno en este modelo de inteligencia artificial, buscando la manera de desarrollar una memoria fotográfica, entre otros proyectos. Baidu la implementó para acelerar la búsqueda en celulares, mientras que SoundHound abrió un mundo alterno digital a la voz humana. En el campo médico, Zebra Medical Vision ha desarrollado mecanismos para predecir y prevenir enfermedades.

¿Qué es lo que está buscando entonces Airbnb? Competirle a la industria hotelera no solo en precios, sino en la experiencia de reservas, captar a un usuario desde que entra en internet a buscar alojamiento y hacerle el seguimiento hasta el final. La empresa, revela la revista Inc., quiere ser una especie de Amazon para los viajeros.

“Si desarrollas una especie de gran mercado de plaza para la industria del turismo, construirás una gran ventaja frente a tus competidores en lo que concierne a la data”, le explica a Inc. Ash Fontana, un experto en inteligencia artificial. Y ese es el secreto de muchas de estas nuevas compañías que hoy dominan varias industrias, el uso de la data.

La industria hotelera podría construir ese mercado del que habla Fontana, pero la competencia entre hoteles es tan feroz, y a la vez tan ciega, que a duras penas se comparten información, algo que de hacerlo les resultaría muy beneficioso y podría competirle a Airbnb con más cabeza.

Sin embargo, con esta apuesta de Airbnb, no es la industria hotelera la única que se debe ver amenazada, sino también los agregadores de viajes como TripAdvisor, Despegar, Aviatur y Travelocity. Cuando uno le pregunta a un hotel o a uno de los agregadores cuál es su prioridad, estos le contestan: “la satisfacción del cliente en todos los sentidos”. Si uno le hace esa misma pregunta a Airbnb, la respuesta es bien distinta: “la personalización a gran escala”.

Es decir, para Airbnb cada cliente es distinto. Suena a frase de cajón, pero en efecto cada cliente lo es. La diferencia entre un hotel y Airbnb es que el segundo está trabajando para perfilar a cada persona. “Cada usuario quiere algo distinto de su experiencia de viaje, y cada alojamiento también ofrece una experiencia única”. La inteligencia artificial permite que esas dos variables se encuentren.

En un mundo de tantas opciones, donde nos perdemos en infinitas recomendaciones y alternativas, terminaremos en el lugar que mejor nos conozca y garantice la experiencia que estamos buscando. ¿Podrá Airbnb lograrlo? Difícil saberlo, pero tranquiliza saber que alguien piensa en nosotros.

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