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Analistas 26/02/2022

Mejor comienzo

Catalina Ortiz
Analista

Siempre que se pregunta cuáles son los problemas más urgentes que se deben resolver en Colombia saltan de inmediato los temas de seguridad, empleo y pobreza; pero una vez se indaga qué se debe hacer para solucionarlos, la respuesta es la misma: educación. En nuestro país existe un consenso en torno a que la educación es la herramienta más poderosa para solucionar los grandes desafíos que tenemos.

Y es que todos estamos de acuerdo en que la educación es indispensable para transformar una sociedad. De hecho, en política muchos lo dicen, pero pocos lo han hecho y pueden demostrarlo con resultados. Durante su paso por la Alcaldía de Medellín, Sergio Fajardo gestó la idea de Buen Comienzo, un programa social con el cual logró garantizar educación, complemento alimenticio y atención integral para cerca de 25.000 niñas y niños de entre 3 y 4 años de estratos 1, 2 y 3.

Este programa fue tan exitoso que durante la siguiente Alcaldía, la de Alonso Salazar, expandió su cobertura a 97.000 nuevos estudiantes, creó una red de 10 jardines infantiles por toda la ciudad y formó agentes educativos en atención integral. De hecho, en 2011, unos años después, el mismo Gobierno Nacional adoptó una estrategia inspirada en este programa llamada “De 0 a 5iempre”.

Esta es una de las razones por las cuales creo tanto en la propuesta transformadora de Sergio Fajardo para cambiar el país a través de la educación. El acceso a la estimulación temprana es la base de todas las desigualdades, las niñas y los niños más vulnerables de Colombia no reciben ninguna formación y tienen problemas de nutrición. Cuando llegan a primero de primaria ya hay una brecha que es muy difícil corregir.

Quienes no recibieron una estimulación temprana viven siempre rezagados y la brecha se va incrementando de forma exponencial con el paso de los años.

Hoy en día, solo uno de cada tres niños entre cero y cinco años en Colombia asiste a programas de primera infancia y la mayoría de estos servicios son meramente asistenciales y no enfocados en la estimulación. El acceso a una estimulación temprana marca de por vida la suerte de nuestras niñas y niños. No podemos normalizar que de 100 estudiantes que entran al colegio, sólo 13 puedan ingresar y culminar la universidad. Estamos hablando de que apenas 13% de la población estudiantil del país logra convertirse en profesional.

Lamentablemente, estas buenas iniciativas no han estado exentas de la politiquería. En Medellín, por ejemplo, ha habido un intenso debate ciudadano y en el Concejo sobre la politización de Buen Comienzo por parte de Daniel Quintero, como sucedió con la Corporación Colombia Avanza -hoy uno de los más grandes operadores del programa y que ha sido cuestionada por sus nexos con clanes políticos y numerosos contratos con la Alcaldía-. A esto se suman presuntos hallazgos de la Contraloría de Medellín relacionados con una disminución en atención en 2020 de cerca de 4.000 niños pese a que se anunció un aumento de casi 100% de los recursos. Además, de la falta de organización que llevó el año pasado a que 20 operadores salieran y el programa comenzara tarde.

Ahora, Sergio Fajardo propone universalizar el programa Buen Comienzo que tendría un costo de $2,5 billones. Se hizo en Medellín y se va a hacer en toda Colombia, igualar la cancha y universalizar la estimulación temprana debe ser un consenso como país.

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