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Analistas 16/03/2021

El paquete de estímulo

Carlos Ronderos
Consultor en Comercio y Negocios Internacionales

Sin lugar a duda la noticia económica más importante de 2021 es el nuevo paquete de estímulo económico que aprobó el Congreso de los Estados Unidos y sancionó el presidente Biden. Se trata de un paquete de gasto público para apoyar a los estados, acelerar la vacunación, subsidiar a las empresas y a los consumidores ya que cada ciudadano recibirá un cheque de US$1.400. Todo esto suma US$1,9 billones (trillones en inglés) lo que sumado al paquete anterior en diciembre equivale en estos tres meses a 14% del PIB de 2019. Para tener una idea de la magnitud de este paquete cabe recordad que en 2020 el PIB de Colombia fue de US$264.000 millones, lo que significa que este estímulo es algo así como ocho veces lo que produce Colombia en un año. Es innegable que ese gran empujón a la economía traerá consecuencias, no solo para Estados Unidos, sino para el mundo y en, nuestro caso particular, para Colombia.

Si a la enorme infusión de dinero que recibirán los consumidores de ese país se suman los ahorros forzosos que aquellos que no sufrieron pérdida de empleo durante la pandemia lograron acumular por física incapacidad de gastar ese ingreso sometidos a cuarentenas estrictas, el impacto sobre la demanda será muy importante. Pero no solo sobre la demanda interna, sino por importaciones también. De hecho, el déficit comercial de los EE.UU. se ha incrementado en 50% y esta podría ser una oportunidad para las exportaciones colombianas. Es oportunidad para obtener divisas para cientos de empresas grandes, medianas y pequeñas que podrán atender aunque sea mínimamente esa demanda. Es esta ocasión para un Plan de Choque de ProColombia que debería hacer todos los esfuerzos que sean necesarios para aprovechar ese boom. Y es que con el auge del comercio electrónico y la penetración que empresas como Amazon han logrado en los consumidores del norte, hasta los pequeños productores tienen fácil acceso a mercado internacionales.

Pero, además, de las oportunidades en el mercado hay grandes amenazas que se derivan de las consecuencias que tendrá esta audacia de Biden sobre las variables macroeconómicas. Es innegable que habrá un impacto sobre el crecimiento económico y ya se espera que la economía de los Estados Unidos crezca más que la de China y paralelo a este crecimiento se incrementará la confianza en el dólar que entrará en una fase de fortalecimiento con respecto a otras monedas del mundo. Esa no es una buena noticia para Colombia, pues un dólar caro tiene efectos sobre nuestra situación fiscal que se encuentra en cuidados intensivos y en búsqueda de una reforma urgente. Es que para pagar los gastos de la pandemia el gobierno se ha endeudado en dólares creciendo la deuda pública en 21% durante 2020 para llegar a un endeudamiento de casi US$90.000 millones.

Otra preocupación que prevén muchos analistas es que este esfuerzo podrá provocar efectos inflacionarios que traerán por parte de la banca central un incremento en las tasas de interés, que, como con el precio del dólar, impactará a las finanzas de la Nación y de las empresas en lo que hace a la deuda externa privada.

Grandes oportunidades y grandes retos que obligarían a una estrategia de parte del Gobierno que aún no hemos visto y que podría brindar grandes beneficios a Colombia y minimizar los impactos negativos.

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