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Analistas 02/09/2017

Perder es ganar un poco

Carlos Fernando Villa Gómez
Consultor de Mercadeo

No solamente lo que pasa en política debe dejar lecciones que deben ser aprendidas, de manera que los errores, los que son absolutamente normales por ser personas humanas, se eviten, y de ellos se aprenda algo, se logren beneficios, que es lo que todos, supuestamente, buscamos, y de los que son cometidos con malas intenciones, como tantos se aprecian, para buscar la manera de que no vuelvan a repetirse.

Para el mercadeo, y para el caso colombiano específicamente, lo hemos analizado y llegado a la conclusión de que ha habido avances, pero seguimos perdiendo el curso, sobre lo cual, como Shakespeare y Maturana dijeron, “perder es ganar un poco”, o sea que cuando se pierde se puede y debe aprender.

La falta de acciones de mercadeo con continuidad, es decir, programadas y ejecutadas dentro de un marco de verdadera conexión entre ellas, sigue siendo un común denominador que no conduce a otro destino diferente a la inestabilidad del comportamiento del mercado, por lo cual son necesarias las continuas promociones de venta, sobre todo las fundamentadas en el manejo del elemento precio (léase rebajas, descuentos y similares).

La discontinuidad en la actividad mercadológica, ha servido en bandeja de plata para que los “cazaofertas” y los “desesperos” de los clientes y prospectos, y de los oferentes (no solo el comercio sino también todas las organizaciones), ha hecho que se estén apreciando unos mercados bastante débiles e inestables, sin querer decir con ello que sean infieles sino, más bien, de alta potencialidad para otros oferentes, tanto nuevos como tradicionales, que sepan sacar provecho de las circunstancias que se presentan.

En concepto de muchos, los errores principales que se han cometido, siendo ellos de alto índice de repetición, en su mayoría, son los que tienen que ver con las comunicaciones y su manejo, siendo el marketing digital, la publicidad y las promociones los que más se destacan.

Tal vez se debe esta apreciación a que han sido, son y serán las de mayor presupuesto, además de ser tradicionalmente las que se consideran con mayor poder de estimulación, por generar “susurro o rumor” que, a su vez, es la comunicación estimuladora de mayor credibilidad.

La debilidad de los mensajes, la falta de claridad de los mismos, y la ausencia de políticas claras de seguimiento han sido fuertes. Mucho de “yo soy”, de “nosotros somos”, y poco de lo que se ofrece como beneficios, siendo muy vago lo que se expresa.

La confusión y la creencia existentes sobre que creatividad es hacer locuras y salirse de los límites, han hecho que los mensajes no sigan patrones de integralidad y no expresen lo mismo; es decir, el desconocimiento de que “todo y todos comunican”, de una parte, y la falta de coherencia en los contenidos, de otra, han ocasionado la falta de conexión en los mercados por débil o falta de coherencia, sin expresar con integralidad lo que se desea.

La falta de actividades de seguimiento y los errores con la aplicación del llamado CRM, son otros de los motivos de errores “graves” si se quiere, del mercadeo. Se actúa, pero no se aprecian actividades de seguimiento y análisis, por lo cual el mercadeo sale perdedor a la hora de los balances, sobre todo los hechos por quienes no son de mercadeo, ni tienen la formación para hacer las evaluaciones.

Hay que pensar en lo anterior, y en más.

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