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Analistas 04/06/2022

Mercadeo ¿bueno o malo?

Carlos Fernando Villa Gómez
Consultor de Mercadeo

Hablar de mercadeo en cualquier parte genera comentarios muy diversos, tanto positivos como negativos, porque como ocurre con tantas cosas parece ser tema de gran dominio público, como sucede con los deportes, la decoración, y la mayoría de las actividades humanas, demostrando lo real del dicho que reza que de sabios poetas y locos todos tenemos un poco.

Es frecuente escuchar comentarios sobre lo que es y no es; desafortunadamente, la mayoría errados por falta de claridad conceptual y tergiversación, lo cual a su vez es debido en muy buena parte a que en mercadeo hay mucha gente que verdadera y realmente no es de mercadeo y a la manera como se trabaja en la academia.

Las cosas no son buenas o malas por si mismas sino por la forma como se utilizan, o sea que hay que tener muy claro que los malos son quienes hacen uso de ellas utilizándolas o aplicándolas como no deben usarse y que la calificación de todo como bueno o malo tiene un es subjetiva y circunstancial. Cada quien habla del baile como le vaya en él.

El revólver, la moto, la hoja de coca, para usar ejemplos, no son malos per se; de hecho son muy buenos. Los malos son quienes los usan para el mal. Lo mismo ocurre con la justicia y el gobierno, para citar otro tipo de ejemplos. Si analizamos lo que sucede con la calidad, de la que tanto se ha dicho en mercadeo, es perceptual y subjetiva: ¿qué marca de celular es la mejor? Cada quien tiene una opinión real y es la verdad de cada quien. Si fuera objetiva (la calidad) no habría discusiones como tantas hay todos los días. ¿Cuál es el mejor restaurante?

El que cada quien considera. ¿Qué es mejor para acompañar comidas, la arepa o el pan? La respuesta dependerá de dónde y a quién se haga la pregunta. Como dice Seth Godin, cada ser humano vive sus propias mentiras y verdades, y cada persona humana tiene sus propias realidades en las actividades que no obedecen a ciencias exactas, como las matemáticas, pues dos más dos siempre y en cualquier parte serán cuatro, sin depender de gustos ni percepciones.

Por lo anterior, cuando se habla de mercadeo también se puede hablar de lo contrario, es decir de antimercadeo que es lo que bastante practican algunos porque en lugar de “construir” mercado (clientes), lo que en realidad hacen es lo contrario, destruir o no dejar que se forme. Y eso se hace muy fácil y de muchas maneras bien sea solo o en equipo, como complicando las cosas de manera innecesaria o exagerando trámites innecesariamente, por ejemplo.

El mercadeo entonces, como cualquier actividad, no es lo malo; lo que ello es en realidad es quien no sabe ni qué es ni cómo se desarrolla la actividad. La política no es mala, lo malo son los que no saben hacerla. Cuando escuchamos gente refiriéndose a malas prácticas, como cuando hay publicidad engañosa, o cuando una promoción se hace mal, con productos deteriorados o para “salir” del encarte de un inventario, diciendo que eso es mercadeo, la verdad es que no podemos dejar de reconocer que sí es, pero malo, mal hecho. Lo que debería acompañar el comentario es el complemento, es decir, quién es el orientador y/o responsable de lo que se está haciendo, ya que ese o esos son los verdaderos malos, y ni en el mercadeo ni en otra actividad, se puede afirmar que el fin justifica los medios, como tantos hacen creer.

Como dijo Manssur: “el mercadeo es la entrega de un nivel de vida”. ¡El problema es el cómo!

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