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Analistas 19/07/2019

Los nuevos signos de la economía regional

Carlos Camargo Assis
Director Ejecutivo de la FND
Analista LR

“Las finanzas territoriales se mantienen sólidas”, reza uno de los más recientes informes sobre la situación fiscal y las perspectivas de los gobiernos subnacionales preparado por el Ministerio de Hacienda.

El documento, concebido desde una perspectiva enteramente técnica, destaca una serie de atributos sobre el desarrollo económico de las entidades territoriales (ET). Destaca, por ejemplo, que gracias al marco de responsabilidad y disciplina fiscal, se ha reducido considerablemente la necesidad de apalancamiento con deuda.

Subraya, en tono alentador, que al cierre de la última vigencia las ET y sus descentralizados tenían activos financieros equivalentes al 3,3% del PIB. Si bien el análisis advierte un déficit del 0,41% del PIB, sin incluir en sus cálculos cifras del Sistema General de Regalías (SGR) deja en claro que el mismo está respaldado con disponibilidades de vigencias anteriores, recursos obtenidos mediante la venta de activos y, en menor medida, nuevo endeudamiento.

Teniendo en cuenta pagos en el gasto, se avizora un superávit de caja del 0,2% del PIB, también sin SGR.

A diciembre de este año, al terminar el actual periodo de gobierno territorial, se espera un incremento significativo de la inversión financiada sin SGR. Las previsiones hablan de un nada despreciable crecimiento nominal de 11%.

La disciplina fiscal en las regiones ha cobrado vigor. Según la Dirección General de Apoyo Fiscal de Minhacienda, el recaudo tributario de las gobernaciones y alcaldías capitales ha aumentado un 7% en términos nominales. Aquí se han advertido los efectos positivos de la Ley 1819 de 2016, que impuso mayores tarifas a los impuestos por el consumo de cajetillas de cigarrillos. También, la dinámica de la inversión por el ciclo presupuestal y la recuperación evidenciada en la industria manufacturera y el comercio.

Así las cosas, en las gobernaciones los ingresos tributarios aumentaron 4% nominal aparte del impuesto al consumo de cigarrillos, los rubros más dinámicos han sido las estampillas y vehículos.

Ahora bien, los recursos por concepto de impuesto al consumo de cerveza crecieron por debajo de la inflación causada en 2018. El único rubro en experimentar una caída fue licores por un efecto -ya superado- asociado al cambio metodológico en el cálculo de las bases gravables de liquidación del impuesto por parte del Dane.

He traído a colación estos datos sustanciales para demostrar que los nuevos signos de la economía regional hablan de una gestión madura, equilibrada y responsable por parte de los gobiernos departamentales, especialmente. La estabilidad económica es un atributo habilitante para que las entidades territoriales reclamen hoy que el Estado se anime a pisar el acelerador de los procesos de descentralización y autonomía dispuestos, hace ya 28 años, por el Constituyente de 1991.

En el Foro “+Región, hacia un nuevo modelo de Estado, realizado por la Federación Nacional de Departamentos el pasado 10 de julio en Barranquilla, tuve ocasión de advertir que el país -un país de regiones- reclama menos centralismo y más equidad, pues no todo pasa en la plaza de Bolívar ni el confort de las oficinas de los ministerios.

Con las nuevas realidades que se observan en los territorios tenemos que confiar, con esperanza y optimismo bien cifrados, en la tarea que habrán de cumplir la Misión de Descentralización y la comisión de alto nivel que se encargará de sentar las bases para una reforma integral al Sistema General de Participaciones.

Los departamentos ya están preparándose responsablemente para el advenimiento de esa era e incluso se han anticipado a alguno de los más importantes desarrollos previstos en la nueva y valiosa Ley de Regiones al activar gradualmente las Regiones Administrativas y de Planificación (RAP) que, como bien las ha definido el gobernador de Boyacá, Carlos Amaya Rodríguez, propenden por la concurrencia, la complementariedad y la solidaridad entre territorios y promueven el desarrollo regional.

Jaime Fajardo, integrante de la Asamblea Constituyente de 1991, recordó en buen momento una máxima del inmolado exgobernador del departamento de Antioquia, Guillermo Gaviria Correa. “Hay que tener capacidad de ceder poder y confiar en las regiones”.

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