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Analistas 08/09/2018

Fronteras del desarrollo del liderazgo

Aldo Civico
Antropólogo y estratega de liderazgo
Analista LR
La República Más

Stephen Covey decía que la administración es la eficiencia para subir la escalera del éxito; el liderazgo determina si la escalera se apoya contra la pared correcta. Por eso, enfatizaba Covey, el liderazgo es prioritario con respeto a la gerencia. Esta noción es aún más valida hoy por el mundo exponencial y disruptivo en el cual vivimos.

Por eso, las habilidades tradicionales del liderazgo ya no son suficientes para desarrollar gerentes que tengan la flexibilidad necesaria para adaptarse a los cambios permanentes del presente. O sea, la dimensión horizontal del liderazgo caracterizada por habilidades como la inteligencia emocional, la toma de decisiones, el trabajo en equipo, el pensamiento estratégico, por si mismas no son garantías de éxito y eficiencia. Hoy se requiere mucho más.

El mismo Jim Collins, en su libro pionero, Empresas que sobresalen, destaca que las empresas que perduran y que producen resultados sostenidos, son aquellas manejadas por líderes marcados por un estilo no guiado por el ego, sino por la voluntad y la humildad. En otras palabras, son líderes cuyo rendimiento está marcado por un carácter que refleja disciplina personal, de pensamiento, y de acción. El desarrollo de este carácter no puede enfocarse solo en las habilidades horizontales del liderazgo.

Por eso es prioritario el desarrollo vertical del liderazgo. Esta es la gran diferencia de los programas de liderazgo y de coaching ejecutivo que están a la vanguardia. De hecho, un reciente informe del Center for Creative Leadership resalta cuan necesario es en la actualidad desarrollar altos gerentes que sean pensadores interdependientes, que reconozcan patrones, y conexiones, y entiendan el sistema en su totalidad. Asimismo, son líderes capaces de mantener perspectivas múltiples y contradictorias. En otras palabras, reconocen en el caos de hoy una oportunidad, y saben sacarle provecho.

No se trata entonces de agregar conocimiento al que ya uno posee, como hacen los programas de desarrollo de liderazgo tradicionales. Muchas veces el conocimiento ya está. Por el contrario, el énfasis tiene que estar en el contenedor y no en el contenido, en otras palabras, en el desarrollo de la mente.

Grandes líderes como Steve Jobs, Nelson Mandela, o Winston Churchill, no se han distinguido por el tipo de información que tenían, sino por su habilidad de interpretar el mundo desde una etapa avanzada, podríamos decir, desde un nivel de conciencia superior.

Por eso, los gerentes que quieren prosperar tienen que enfocarse en el crecimiento vertical de su mente, adaptando sus modelos mentales a esta era disruptiva. En otras palabras, se trata de concentrarse en dar un salto de calidad de la mente.

Muchas veces se trata de un cambio milimétrico, de un pequeño ajuste, pero que tiene un resultado y un efecto exponencial. Son cambios que permutan no solamente la calidad de los resultados, sino que también de la vida. Hoy el desarrollo vertical de la mente es la nueva frontera de la formación del liderazgo y del desarrollo humano de los adultos.

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