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Analistas 06/11/2021

Saquemos el látex de la fiesta

Adriana Gutiérrez Ramírez
Gerente de Bloom Ecoworking
Adriana-Gutiérrez-Ramírez

En mi columna anterior inicié este tema porque en nuestro país somos grandes consumidores de dicho material para condones y para globos durante las fiestas y celebraciones en general; además, porque nos cuesta pensar que existen en el mercado sustitutos mucho más amigables con el medio ambiente para ambos productos como los componentes de los condones orgánicos que se degradan rápidamente, e innumerables alternativas de decoración para las fiestas como pompones de papel, los banderines de tela y una gran variedad de elementos reutilizables.

Como consumidores podemos presionar a través de nuestra demanda a las organizaciones para que utilicen en sus procesos de producción e innovación elementos mucho más aconsejables para la conservación del medio ambiente y la sociedad.

Además de que estos productos están elaborados en látex, y ya sabemos lo contaminantes que son sus componentes, también nos falta mucha cultura en términos de disposición de tales desechos. ¿Dónde van a dar ambos? Si no los depositamos en el lugar que corresponde, todos sabemos que van a dar a ríos y mares.

Un globo de helio, por ejemplo, no podrá ser dispuesto adecuadamente ya que viajará kilómetros y kilómetros y en algún lugar va a parar, lugar que generalmente es un cuerpo de agua. Una vez el globo o el condón en el río, pierde sus propiedades de degradación en el corto plazo y ésta se extiende por mucho más tiempo, además de liberar las sustancias químicas de los tintes. Lo más sorprendente es que cuando llegan al mar, ciertas criaturas los confunden con un ser marino, y al ser digerido por ellas se afecta el organismo de las mismas hasta llevarlas a la muerte.

Como vemos no es tan simple como cambiar los materiales o sustituirlos por orgánicos, pues debe existir una cultura de buenas prácticas alrededor del desecho para que el mismo vaya a donde debe ir y degradarse en el menor tiempo posible.

Y si le metemos un poco de sostenibilidad social, ni qué decir del helio con el que se inflan los globos, un gas no renovable que desperdiciamos sin razón y que al final es supremamente importante en los hospitales para la salud de los pacientes; y si vamos un poco más allá, en lo social… pensemos entonces acerca de en qué tipo de economías se producen actualmente este tipo de productos. Quizás la respuesta es que son aquellas de dudosas prácticas de trato digno y justo para sus colaboradores y en algunas que practican la explotación femenina e infantil siendo eso lo que apoyamos con la compra.

Que un pequeño instante de felicidad de unos pocos ponga en riesgo la vida de un planeta entero, ¡no es justo! Seamos consumidores de alto impacto socio ambiental. Activemos nuestras tres erres de la sostenibilidad: reducir, reutilizar y reciclar así en este mismo orden.

Entendamos de una vez por todas que como sociedad debemos mejorar nuestros hábitos de consumo y que las organizaciones deben buscar alternativas menos dañinas lo cual en mucho depende de lo que nosotros como consumidores les permitamos hacer. Todo absolutamente todo hoy en día puede pasar de ser un producto o servicio más sostenible respecto a sí mismo. No soñemos con ser 100% sostenibles pero si con que si mejoramos lo que está en nuestras manos, no será una utopía.

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