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Analistas 22/05/2021

Pensar positivo para la economía azul

Adriana Gutiérrez Ramírez
Gerente de Bloom Ecoworking
Adriana-Gutiérrez-Ramírez

“Hay gente que está soñando para escapar de la realidad, necesitamos soñar todos para crear la nueva realidad y hacerla”. No lo digo yo que de por sí soy una persona positiva, lo plantea Gunter Pauli, autor Belga y principal exponente de la economía azul en el mundo, como uno de los principales obstáculos que tenemos los seres humanos a la hora de pensar en un modelo económico sostenible. La verdad es que nos cuesta bastante pensar que el positivismo y la economía puedan resultar en un buen matrimonio que dé grandes frutos; tema que debemos considerar ahora en los tiempos retadores que como nación estamos afrontando.

Hemos escuchado de economía verde y también de lo costosa que suele ser su implementación. Por tanto, la economía azul, se convierte en una alternativa bastante viable en un país como el nuestro, rico en recursos naturales y humanos pero lleno de carencias a todo nivel. “Lo que necesitamos es que lo bueno para todos sea barato, y ahí tenemos un error fundamental en todo el diseño de nuestra economía”.

El rol del ciudadano como actor primordial para cambiar la lógica de los actuales modelos económicos es clave. Por tanto, Pauli invita a que cada uno cambie su lógica y piense de manera positiva durante las crisis, de manera que siempre logre ver con claridad que todo puede ser mejor. Sin duda, la economía del futuro será aquella en la que logremos superar los paradigmas existentes y democratizar de manera tal que no sean dos o tres multinacionales las que dominen el mundo. Visualizar oportunidades en las comunidades locales o en lo que desechamos a diario es algo tan simple como lo que se “pierde” tras una taza de café o una cáscara de mandarina, y de todas las oportunidades que surgen tras nuestros actos de consumo, pone en evidencia el desconocimiento.

Desde un simple acto de consciencia individual que permita superar la ignorancia al respecto y pensar de manera positiva, puede ser el giro que el mundo necesita.

Las economías modernas están llamadas a la inclusión del medio ambiente y la sociedad, y no solo a trabajar desde la perspectiva económica, algo que en una mente negativa o “lineal” no cabe. Entre otras porque estamos demasiado ocupados buscando culpables a los problemas, tanto que no logramos ver las oportunidades que nos llevan a ser parte de la solución. Otro obstáculo que menciona el economista es que estamos en manos de MBA que solo ve las oportunidades desde el rendimiento y la ganancia económica sin tener en cuenta lo que realmente plantea el desarrollo sostenible. Esto permitirá entender que la economía azul es la que aprovecha lo que localmente está disponible, genera valor, y pone en primer lugar las necesidades básicas de todo el mundo con lo que se tiene.

“Si yo tomo un café a la mañana y los restos del café me sirven para cultivar un hongo, cuando cultivo el hongo tengo un substrato residual que me sirve como alimento para la gallina, ¡tengo ya tres alimentos en uno! ¿Por qué tengo que comprar un alimento para la gallina? Si ya tengo que comprar café, ¡que por lo menos los restos me sirvan para algo! Si tomé café orgánico, tendré hongos orgánicos, alimentos orgánicos. En este caso tengo tres ingresos, tres oportunidades de empleo, y todo será más barato”. Un triple balance positivo, poderoso y ganador: económica, social y ambientalmente hablando.

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