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ALTA GERENCIA

¿Las mujeres en la construcción?

viernes, 5 de abril de 2024

Vale la pena seguir insistiendo en profundizar la diversidad en un sector tan tradicionalmente dominado por hombres como la construcción

Paula Rozo

El Colegio de Estudios Superiores en Administración, Cesa, a través de su Centro de Estudios en Gobierno Corporativo, Cegb, evalúa periódicamente la participación de mujeres en las juntas directivas de los 137 emisores de valores del país. Por medio de este ejercicio, el centro de pensamiento evidenció que tal participación se ubicó en 22,3% para 2023,1,1% más con respecto al dato del 2022.

De acuerdo con la entidad, de mantenerse la tendencia de crecimiento de los últimos años, hacia 2030 el colectivo de emisores en Colombia alcanzaría 30% de participación femenina en sus juntas; una cifra récord, sin duda, pero que, a su vez, da cuenta de un ritmo de crecimiento considerablemente inferior al de la transformación social que se está gestando y que, en consecuencia, impide materializar la totalidad de beneficios que otorga la pluralidad en los órganos directivos.

Y no se tratan de beneficios cosméticos, pues, con suficiente evidencia, se ha comprobado que contar con mujeres en los cargos directivos: eleva la rentabilidad empresarial en hasta un 8% por cada mujer en juntas directivas (FMI), favorece el posicionamiento en índices de sostenibilidad (Dow Jones Sustainability Index), impacta positivamente la valorización en el mercado (Schmid & Urban), incrementa la probabilidad de comprensión del consumidor (Center for Talent Innovation) y disminuye los niveles de corrupción institucional y fraude (Asociación de Examinadores de Fraude Certificados, Acfe), por citar algunos ejemplos.

Con esto en mente, vale la pena insistir en seguir profundizando la diversidad en un sector tan tradicionalmente dominado por hombres como el de la construcción. Según el Dane, la empleabilidad masculina predomina en este sector con más de 90%: algo por el orden de 1,5 millones a nivel nacional; que, si bien ha venido mejorando en los últimos 10 años -de acuerdo con Camacol-, aún tiene el enorme desafío de cerrar la brecha de manera más representativa, tanto a nivel gerencial como en las áreas técnicas y de operaciones.

Dicha necesidad se hace aun más sensible a la luz de los resultados que se conocieron el pasado marzo sobre la productividad en los países miembros de la Ocde. Según la Organización, de los 38 países que componen este grupo de cooperación, Colombia es el que presenta los niveles más bajos de productividad económica a corte de 2022, con un aporte de apenas US$20 al producto interno bruto (PIB) por cada hora laborada; mientras que en promedio un trabajador de la Ocde contribuye US$67,5.

Así las cosas, y conscientes de la importancia de apalancar la gestión empresarial por medio de la participación femenina, en Estilo Ingeniería -empresa de ascensores y escaleras eléctricas, que integra la cadena productiva de la construcción- hemos empezado a cerrar la brecha de género de una manera más proactiva.

Además de contar con una mujer a la cabeza de la dirección ejecutiva, nuestro Comité Directivo está integrado por el mismo número de hombres y mujeres, aspecto que contagia en cascada el resto de áreas que componen la empresa.

La ganancia de este esfuerzo, más allá de las métricas cuantitativas, nos ha representado un abordaje mucho más integral del negocio per se, un mayor nivel de detalle y, sobre todo, un proceso de toma de decisiones con argumentos más ricos y diversos. Por todo esto, promover la empleabilidad de mujeres en la industria de la construcción es un imperativo para elevar la competitividad y productividad del sector; no es solamente un discurso atractivo al que se vuelve cada marzo, cuando se conmemora el mes de la mujer.

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