Gobierno Corporativo, también en capital cerrado

Nadie duda de que debemos implementar medidas de Buen Gobierno Corporativo para la correcta gestión de nuestras empresas. Esto es así porque los administradores, accionistas mayoritarios y minoritarios, poderes públicos, colaboradores, clientes e incluso los ciudadanos necesitan asegurarse de que los administradores gestionan adecuadamente la empresa.

Una mala praxis puede provocar el rechazo de la sociedad, lastrar los resultados o incluso provocar su quebranto. Ejemplos hay muchos. La quiebra de Enron (diciembre de 2001), Worldcom (2002) y Parmalat, a finales de 2003. O, más recientemente, la  quiebra de Lehman Brothers, el 15 de septiembre de 2008.

Pero, ¿el buen gobierno debe aplicarse solo a las cotizadas o también a las empresas de capital cerrado? La respuesta es sí. De hecho, CAF Banco de Desarrollo de América Latina ha editado un Código Latinoamericano de Gobierno Corporativo, y otros documentos como los protocolos de familia, para generalizar la buena gobernanza en todas las empresas, incluidas las familiares.

Para Colombia, el uso de estos códigos es importante, porque 70% de las empresas que reportan datos financieros son familiares, según datos de la Superintendencia de Sociedades. Además, la prevista incorporación de Colombia a la Ocde acelerará previsiblemente este proceso, ya que este organismo considera que el buen gobierno corporativo es un elemento clave para aumentar la eficacia económica, potenciar el crecimiento de un país y elevar la confianza de los inversores.

En los últimos años se están haciendo considerables esfuerzos en Latinoamérica para mejorar los estándares de gobernanza. Muestra de ello es el Foro de Buen Gobierno Corporativo, que recientemente hemos organizado La República e Inforpress.

A mí, personalmente, es uno de los temas que me apasionan. Llevo varios años impulsando foros e informes de buen gobierno en empresas cotizadas. Desde mi punto de vista, las mejores empresas destacan porque son compañías que quieren ser líderes, hacerlo cada vez mejor, y normalmente coinciden en más de un indicador de buenas prácticas: presencia de mujeres en sus directorios (diversidad), amplio quórum en sus Juntas de Accionistas, accesibilidad de los socios y accionistas a la información, diálogo e interacción con ellos, muchas veces a través de redes sociales, relación y diálogo eficaz con los analistas…

En Colombia hay ejemplos de buena gobernanza. Entre otros, IVC, la Corporación Interamericana de Inversiones (CIC), la Fundación Corona, LAN Colombia, Corporación Colombia Internacional (CCI). También hay entidades de referencia, como Confecámaras, la Superintendencia Financiera de Colombia (SFC), Banco Interamericano de Desarrollo (BID) o la propia CAF. Son organismos que respaldan el desarrollo del buen gobierno con códigos deontológicos y a través de una batería de principios y recomendaciones.

También encontramos ejemplos en España, como CaixaBank, que ha constituido un comité para el diálogo con los accionistas minoritarios; Repsol, que ha establecido un canal de comunicación con el accionista; y las compañías Red Eléctrica y Jazztel, que cumplen el requisito de la Comisión Europea de tener entre 40% y 50% de mujeres consejeras no ejecutivas.

¿Por qué destacan estas empresas y por qué son importantes sus buenas conductas? El Buen Gobierno es un marco de relaciones entre los gestores, administradores, accionistas y otras partes interesadas. De esta forma, proporcionan una estructura que permite fijar los objetivos de la compañía, determinar los medios para alcanzarlos, y supervisar su desempeño.

Todo ello explica por qué las empresas se gestionan de forma más transparente, fortalecen los vínculos entre  la propiedad y los inversores, gestionan mejor los conflictos de interés y se benefician de la mejora de la reputación corporativa ante los clientes y  la sociedad. Son, en definitiva, valores intangibles, pero que cada vez inciden más en la percepción de las empresas  en el exterior y, por tanto, en su cuenta de resultados.