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EDITORIAL

El contrabando desde la óptica económica

viernes, 15 de agosto de 2014
La República Más
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El contrabando más allá del delito que representa es un hecho económico que tiene orígenes en la oferta y la demanda
Nadie pone en duda que los delitos deben ser castigados en forma ejemplar y sin contemplaciones . Y esto incluye los económicos, que generalmente son cometidos por quienes tienen una especial responsabilidad social y deben dar ejemplo a la comunidad.

Sin embargo, el contrabando como una práctica delictiva, tiene unas implicaciones y explicaciones que van más allá del movimiento irregular de bienes que muchos ciudadanos ven como normal o con un supuesto espíritu beneficioso debido a que los precios son inferiores a los del mercado, fenómeno que puede estar inducido por otros delitos como el lavado de dinero, pero también por una acción de política económica por parte de un país o una región específica.

El asunto requirió una especial atención de los presidentes de Colombia y Venezuela en la reciente cita que tuvieron en Santa Marta y en ese orden de ideas, el gobierno de Venezuela decidió tomar la medida más radical posible con la creencia de que en esa forma daría un golpe al contrabando: desde el pasado lunes, los 2.200 kilómetros de frontera permanecen cerrados en las horas de la noche, lo que llevará a que durante ese horario no haya movimiento alguno en la zona restringida.

Sin duda, el sector productivo está sintiendo el impacto del contrabando procedente del vecino país y reconoce los esfuerzos de las dos partes para enfrentar el problema, pero tiene claridad que una cosa es el análisis de la situación y otra los instrumentos utilizados para lograr ese objetivo. Y en ese sentido mucho tememos que la medida no tendrá el impacto esperado, en buena parte porque no se ataca el problema de raíz que radica en el esquema cambiario que tiene Venezuela y que resulta un estímulo para distorcionar el flujo natural y legítimo del comercio, al punto que muchas de las mercancías que están llegando a Colombia no son producidas en Venezuela.      

El sistema cambiario adoptado entrega el monopolio del manejo de divisas al Estado, las cuales son entregadas con tres tipos de cambio. El más barato es 6,3 bolívares por dólar; el segundo es un tipo variable controlado de cerca de 10 bolívares y el tercero (Sicad II) cercano a los 50 en el que participan de actores privados y públicos en un mercado controlado.

La primera cotización se usa para importar bienes de primera necesidad y medicamentos y es la más dañina para Colombia, pues los artículos llegan a Venezuela con “subsidio” y salen hacia nuestro país de contrabando, causando un gran daño a la producción local. Es ahí donde se debe actuar para frenar la entrada ilícita de bienes. Y hay que ser realistas: es muy improbable que Maduro elimine este precio de la divisa, porque moverlo podría acrecentar la inflación, que ya pasa del 50% anual y pone a Venezuela como campeón mundial en costo de vida.

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