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Analistas 23/01/2017

Índice de Enfriamiento Económico 2016 - 2017

Sergio Clavijo
Prof. de la Universidad de los Andes
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Han pasado ya tres años desde el inicio de la frágil recuperación de las economías desarrolladas en 2013, tras la crisis financiera de Lehman Brothers en 2007-2008. Esta coyuntura de estancamiento global-local amerita actualizar nuestro Índice de Enfriamiento Económico (IEE). Recordemos que el IEE está compuesto por seis indicadores macroeconómicos: inflación, tasa de desempleo (relativa a su promedio de 10 años), brecha del Producto, expansión crediticia (relativa al crecimiento del PIB-nominal), tasa de interés-real y la cuenta corriente externa. Cada uno recibe una calificación en el rango 0 (nulo recalentamiento) a 2 (máxima alarma de recalentamiento). Estos indicadores los hemos sintetizado en un índice cuyo valor de 100 expresa el grado máximo de recalentamiento. 

Dicho índice (en versión original y con variantes) recoge acertadamente los ciclos recientes de la economía colombiana. Nótese cómo durante la mayor parte de 2016, el IEE se ubicó en la zona “tibia” en sus tres variantes. Allí se observaron efectos encontrados, donde por el lado del “enfriamiento” se destaca: i) la desaceleración económica (ya discutida), con afectaciones en el mercado laboral, perfilándose la tasa de desempleo hacia valores promedio de 9,2% en 2016 (vs. 8,9% en 2015), donde el fenómeno de “trabajadores desalentados” evitó un mayor deterioro; y ii) la menor expansión crediticia (cercana a 2% real en 2016 vs. 8,5% en 2015), con preocupantes contracciones de -1% real en la cartera comercial, donde comienzan a vislumbrarse deterioros en la calidad de la cartera (aunque se parte de niveles históricamente bajos de 3,5% en la relación cartera morosa/total). 

Por el contrario, los efectos de recalentamiento durante 2016 provinieron de: i) los persistentes desbalances externos (pese a la ligera corrección derivada del ajuste de las importaciones, contrarrestando el efecto de los menores precios del petróleo), donde la cuenta corriente habría cerrado con déficits de -4,5% del PIB en 2016 (-6,4% del PIB en 2015); y ii) las altas presiones inflacionarias registradas durante buena parte de 2016 (llegando a picos de 9% en julio), por cuenta del fuerte Fenómeno de El Niño y el elevado pass-through cambiario, convergiendo solo al cierre del año hacia 5,7%. 

Al incluir el mercado accionario e hipotecario, el IEE desciende hacia el techo de la zona “tibia” al cierre de 2016. Ello se explica por el menor dinamismo de los precios de la vivienda, observándose expansiones reales cuasi-nulas (vs. niveles de 4%-6% un año atrás), evidenciando el rasgamiento de la burbuja hipotecaria. 

Ese menor dinamismo inmobiliario terminó contrarrestando la recuperación del mercado de capitales, donde el Colcap arrojó sorprendentes ganancias de 17% anual en 2016, favorecido por la elevada liquidez externa y las expectativas de mayores utilidades minero-energéticas provenientes del repunte de los precios del petróleo (y, eventualmente, de menores tasas de tributación empresarial según lo mandado en la Ley 1819 de 2016).

Ahora bien, ¿qué nos señala el IEE para 2017? Nuestros pronósticos indican que dicho índice estaría deteriorándose hacia el piso de la zona “tibia” (niveles de 31-36). Ello se debe a que el único componente de mayor “temperatura” sería el crecimiento económico, cuya magra recuperación hacia 2,2% luce insuficiente para impulsar significativamente la generación de empleo y la expansión crediticia (probablemente estancada en valores de 1% real). 

Así, estarían primando los efectos de “enfriamiento” de la convergencia en la cuenta externa (hacia 4% del PIB, en buena medida por la recuperación en el precio del petróleo) y la inflación (4,6% al cierre del año, aunque con presiones alcistas provenientes del incremento del IVA y el SML a tasas de 7%). Ese espacio en brecha de Producto negativa y la reducción gradual de la inflación le permitirían al Banco de la República reducir su tasa repo hacia niveles de 6% al cierre del año (-150 puntos básicos frente al cierre de 2016).

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