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Una de las recomendaciones base que replican las directrices de los expertos es el uso obligatorio de protector solar diario, haya exposición directa o no
Si bien la causa directa del cáncer de piel no recae en la exposición a los rayos solares, un factor clave en la incidencia de esta patología, según los expertos, es la no protección adecuada a la recepción de luz solar. Esto puede producir efectos dañinos a corto y largo plazo, como son quemaduras, predisposición a infecciones, manchas rojas o cafés, envejecimiento cutáneo y, por último, cáncer.
Las cifras en Colombia deben contemplarse como una preocupación en salud pública, de acuerdo con el anuario estadístico del Instituto nacional de Cancerología, “se evidencia que el cáncer de piel continúa siendo la patología tumoral maligna con el mayor número de diagnósticos nuevos en esta institución, sumando 712 casos para el año reportado (2017)”.
Por esta razón, en temporada veraniega, es importante seguir al pie de la letra las recomendaciones de expertos para el cuidado y protección de la piel, en estaciones en que se enfrenta una prolongada exposición solar, sumado a climas húmedos.
Laura Francés, dermatóloga del Instituto Dermoestético de Ilahy, asegura que durante las épocas vacacionales la piel está mucho más expuesta a la radiación solar, ocasionando que el sol y el calor deshidraten con mayor rapidez la piel, y la sudoración aumenta la humedad. Esto provoca que la piel se vuelva más vulnerable a infecciones y enfermedades cutáneas.
Una de las recomendaciones base que replican las directrices de los expertos es el uso obligatorio de protector solar diario, haya exposición directa o no.
“Se debe evitar en la medida la exposición a ciertas horas del día. Por ejemplo, las 12:00 p.m. del día y las 4:00 p.m. son las ‘horas centrales’ de los rayos del sol, cuando inciden verticalmente sobre la piel, siendo más peligrosa la fotoexposición al sol”, afirma Francés.
El uso de un protector solar adecuado según el tipo de piel también es clave en la acción protectora. Para esto, se recomienda en general un FPS (factor de protección solar) de 30, o superior a este. Además, tener una humectación diaria, hidratación constante y comer muchas frutas y verduras.
