De las aproximadamente 200.000 toneladas de residuos o desechos peligrosos que anualmente genera el país, una firma colombiana, con talento y tecnología 100% local, se encarga de eliminar de forma adecuada 26% de este total, es decir, 52.000 toneladas. Esta tarea es asumida por Tecniamsa desde cuatro centros de tratamiento para este material, que si no es desechado correctamente genera consecuencias tanto para el ambiente como para la salud de los habitantes.
“Colombia es un país muy diverso en cultura de manejo de desechos peligrosos: así como tenemos empresas juiciosas que hacen la tarea, otras no lo hacen tanto. Hay un sector muy informal que no recolecta los residuos peligrosos adecuadamente. Y esto es un problema porque no solo tiene efectos ambientales, sino también en la parte de salud pública”, informó Camilo Hernández, gerente de Tecniamsa.
Aunque no hay cifras oficiales recientes sobre el número de empresas que no tienen una adecuada campaña para el manejo de sus residuos peligrosos, Humberto Rodríguez, el presidente de la casa matriz que ampara a Tecniamsa, llamada Grupo Sala, precisó que hace siete años 62% de estos residuos en el país no eran desechados correctamente.
Hernández agregó que en la actualidad ese porcentaje puede estar rondando 30% del total de desechos peligrosos generados en el año, pero aclaró que no era una cantidad certificada.
Según el ministro de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, Gabriel Vallejo, Colombia es el tercer mayor productor de desechos peligrosos en América Latina, después de México y Chile, lo que obliga a tener una política definida y empresas que asuman correctamente esta responsabilidad.
“Desde el Gobierno estamos implementando diferentes medidas para su tratamiento. Uno de ellos es generar un procedimiento que permita, a través de una serie de inversiones, el manejo adecuado de estos desechos”, dijo Vallejo. En el caso de Tecniamsa, una de las pocas empresas que tiene capacidad en todo el país para eliminar estos residuos, la inyección de capital se viene haciendo en los cuatro parques tecnológicos que actualmente operan en Mosquera (Bogotá), Cúcuta, Manizales y Barranquilla.
“En Galapa, Barranquilla, tenemos hornos de incineración y celda de seguridad para resguardar esos materiales peligrosos; en Manizales, solo tenemos el proceso de incineración; en Cúcuta, solo operamos las celdas de seguridad; y por último, en Mosquera, donde hicimos nuestra más reciente inversión, tenemos dos plantas de incineración y además disposición de celda de seguridad”, explicó el gerente de la compañía.
En plantas como la de Mosquera, donde se invirtieron este año más de $12.000 millones en un nuevo horno de incineración, el proceso está completamente automatizado.
En total son 10 pasos los que se cumplen y la cadena inicia cuando llegan los desechos en bolsas (50 kilogramos por lote) y suben como en un ascensor al cilindro donde serán incinerados. Las cenizas obtenidas se guardan y los gases continúan en movimiento por otras secciones de la planta. Con técnicas de calentamiento hasta 1.200 grados centígrados y luego un enfriamiento, en pocos segundos se van eliminando hasta 120 sustancias tóxicas y ácidos. Lo que queda se convierte en material particulado que luego se remueve para su desaparición total, sin registrar emisiones al ambiente. Hernández explicó que las cenizas se meten en celdas de seguridad, que son recipientes especiales que se entierran hasta 24 metros de profundidad y que no tienen contacto con ningún elemento. “Eso se guarda ahí hasta que haya una política que defina cómo tratar esas cenizas”, dijo.
Las Opiniones
Camilo Hernández
Gerente de Tecniamsa
“Así como tenemos empresas juiciosas que hacen la tarea, otras no lo hacen tanto. Hay un sector muy informal que no recolecta los residuos peligrosos adecuadamente”.
Gabriel Vallejo
Ministro de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible
“Colombia es el tercer mayor productor de residuos peligrosos de América Latina, pero desde el Gobierno se están ejecutando medidas para su tratamiento”.
