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Después de Brasil, Colombia es otro de los países clave que le suministra madera al fabricante de lápices y colores Faber-Castell. Actualmente, son 51 agricultores colombianos los que cultivan cerca de 2.000 hectáreas de bosques mediante un proceso sostenible, números que aumentarán en los próximos años.
Según informó la compañía, se activó un nuevo programa forestal que incluye el incremento de las hectáreas del bosque que posee Faber-Castell en el norte de Colombia.
“Se planea ampliar el área de bosque a 3.000 hectáreas para poder suplir todas las plantas de producción de madera de procesamiento de la empresa en Brasil, Indonesia, y la sede alemana de Stein, en el mediano plazo. Por otra parte, también hay que destacar el aserradero recientemente inaugurado”, reveló la firma en un comunicado de prensa.
Hace tres años, el propietario de esta c orporación, el conde Anton Wolfgang Von Faber Castell, visitó Colombia con motivo de los 250 años de la compañía, evento en el que destacó la importancia de cultivar de manera sostenibles diferentes especies de árboles para alimentar a las plantas de producción. Recalcó que la idea de la empresa era reponer buena parte de la materia prima (madera) que es empleada en su proceso de fabricación.
“El proyecto forestal es parte de un programa de reestructuración a gran escala en los municipios a lo largo del Río Magdalena que se han visto seriamente afectados por el sobrepastoreo y la erosión del suelo. El proyecto no sólo está dirigido a salvar la región ecológica (que es golpeada por las inundaciones y pérdidas de cosechas), sino también a su estabilización económica y políticamente”, continuó explicando la firma en el comunicado.
En las tierras disponibles de los agricultores colombianos, quienes reciben un pago por el uso de sus tierras, plantan la especia Gmelina arborea, que es conocida como Melina.
Este tipo de cultivos le permiten hoy en día ser uno de los mayores fabricantes de lápices en el mundo (sacan 2,3 billones de lápices globalmente) con un alto porcentaje de madera certificada en esa producción (99%).
La filosofía de los bosques de Faber-Castell le permiten además absorber tres veces la cantidad de dióxido de carbono que emiten los 14 centros de producción de la compañía.
Certificaciones mundiales para reducir emisiones
Hace dos años, Faber-Castell logró que la ONU (Organización de las Naciones Unidas) certificara su programa MDL o Mecanismo de Desarrollo Limpio lo que le permite a la compañía vender certificados de emisión de sus bosques. Por ejemplo, en Brasil, la compañía inició la reforestación de 10.000 hectáreas de pinos para abastecer la planta en ese país que produce 2 billones lápices de madera al año. “Se le ha concedido a la madera, así como a la planta de fabricación el sello de calidad por el Consejo de Administración Forestal, con lo que se satisfacen las más altas expectativas en sustentabilidad.
El Gobierno asegura que durante el año pasado hubo una caída de 36% del indicador de deforestación, con 79.256 hectáreas deforestadas
En la comunidad indígena Embera Phusabidara, “Boca de Jagua”, en Nuquí, Chocó, los pitillos que utilizan son 100% naturales