Lina María Guevara Benavides
Este panorama evidencia que se deben realizar iniciativas que logren mitigar los daños, razón por la que algunos gremios del sector agropecuario recomiendan implementar estas cinco prácticas responsables para prevenir el avance del efecto invernadero.
Plantar cultivos capturadores
Álvaro Palacio, presidente del Fondo Nacional de Fomento Hortifrutícola (Asohofrucol), afirmó que “propiciar la producción de cultivos de tardío rendimiento como el mango, el aguacate y los cítricos ayuda a limpiar el oxígeno que hay presente en el ambiente, ya que estos son capturadores de CO2”.
Usar porcinaza adecuadamente
La segunda recomendación la dio el presidente de Porkcolombia, Carlos Maya, quien señaló que se debe hacer una utilización adecuada de la porcinaza, es decir las excretas sólidas y líquidas de los porcinos, como fertilizante. De acuerdo con su explicación, esta aporta nutrientes al suelo como Nitrógeno, Fósforo y Potasio, que pueden ayudar a formular planes de fertilización teniendo en cuenta el balance de nutrientes del terreno y las necesidades que tenga el cultivo. Así, esta práctica ayuda a reducir el uso de los fertilizantes químicos que dejan una alta huella de carbono.
Arborizar fincas de producción
Tanto para Palacio como para Maya, es fundamental la plantación de árboles. El presidente de Asohofrucol afirmó que “es una necesidad arborizar las fincas donde se tienen los cultivos, precisamente para mitigar el impacto ambiental”.
Mientras que para Maya es importante porque “la implementación de planes de reforestación en las granjas, entendida como siembra de árboles nativos de la región, no solo compensa la huella de carbono, sino que mejora y protege los ecosistemas y las fuentes hídricas”.
Hacer ganadería sostenible
“La ganadería sostenible es mucho mas rentable, más productiva, tiene un mejoramiento continuo en los suelos, captura carbono y genera condiciones adecuadas para la fauna”, afirmó José Félix Lafaurie, presidente de la Federación Nacional de Ganaderos (Fedegan).
Según el presidente del gremio, una práctica responsable es generar sistemas silvopastoriles intensivos. Es decir, implementar el uso de diferentes tipos de árboles que se integran a la producción ganadera, lo cual permite mejorar la calidad de los suelos y las fuentes de agua.
Disminuir el número de hectáreas
Por último, Ricardo Sánchez, presidente de Unaga, sugiere aumentar la carga animal y disminuir el número de hectáreas en uso a través de la planificación forrajera y tecnificación de las praderas.
La práctica consiste en acumular mayor número de animales en áreas menores, ya que en Colombia se utilizan terrenos extensos para ganadería sin que sea necesario. En este sentido, por medio de esta práctica “se tienen los mismos animales en un terreno menor; y en las hectáreas sobrantes se pueden realizar otras que son buenas para el ambiente, como la siembra de más bosque”, afirma Ricardo Sánchez.
Deforestación, la más contaminante
El mismo estudió reveló que la actividad económica que más contamina es la forestal, y que la mayor parte de las emisiones de CO2 proviene de prácticas que están relacionadas con la deforestación, como convertir el bosque natural en otras tierras forestales o pastizales. En este orden de ideas, este sector es responsable de la emisión de 94,1 millones de toneladas de CO2, que corresponden a 36% de las emisiones totales. Según el Ideam, la cifra total de emisiones ascendió a 258,8 millones de toneladas de CO2.
Las opiniones
José Félix Lafaurie
Presidente de Fedegan
“La ganadería sostenible tiene un mejoramiento continuo en los suelos y captura carbono”.
Carlos Maya
Presidente de Porkcolombia
“Los planes de reforestación no solo compensan la huella de carbono, sino que mejoran y protegen los ecosistemas”.
