A Villa Juliana, un barrio ubicado en la comuna 8 de Villavicencio que cuenta con 80% de población víctima del conflicto, llegaron muy temprano el pasado sábado un centenar de voluntarios de la Universidad Minuto de Dios, Santo Tomás, trabajadores de Cemex y Orbis, dispuestos a trasformar las fachadas de 400 casas, como símbolo de reconstrucción social.
Entre sus filas y empuñando un rodillo, Carlos Jacks presidente de Cemex y Santiago Piedrahita Presidente del Grupo Orbis le dieron la primera mano a la construcción de la paz.
El proyecto inició hace un año con la construcción de la iglesia, el salón comunal y la reparación de 174 viviendas. Cemex aportó 134 toneladas de mortero seco pega y pañete mientras Pintuco donó 250 galones de pintura de calidad con kits de aplicación.
En el acto de clausura no solo terminaron la reparación de las casas, también se disfrutaron las muestras de danzas por parte de la comunidad agradecida y se finalizó con un acto simbólico en el que los niños del barrio cantaron la canción de Soy Capaz a manera de himno. Carlos Jacks, presidente de Cemex, habló sobre los retos que enfrenta el fin del conflicto y la responsabilidad de la empresa privada en la búsqueda de la paz.
¿En que está trabajando Cemex para afianzar el proceso de paz?
Más allá de esta campaña de Soy Capaz, tenemos centros productivos de autoempleo. Donde la gente construye sus propios bloques y hace sus propias casas. Tenemos patrimonio hoy donde más de 15.000 pueden construir sus viviendas.
Nos estamos uniendo para hacer la recuperación de este barrio que es bien representativo de la realidad colombiana, pues en él confluyen reinsertados del paramilitarismo, las guerrillas y víctimas, que aunque viven sitiados por la pobreza y el olvido estatal, sus habitantes son humildes pero con un enorme deseo de vivir dignamente bajo un pacto de reconciliación.
¿Tienen algún plan de vivienda para familias desplazadas?
Tenemos dos programas que benefician familias tanto desplazadas como no desplazadas. Uno son los centros productivos de autoempleo, donde nosotros damos una máquina para hacer bloques, y ellos fabrican sus bloques con los que construyen la vivienda, la mitad para eso y la otra mitad para la venta y con el producto de la venta vuelven y compran materia prima. Y el otro es ‘Patrimonio hoy’, donde organizamos de cierta forma el ahorro que tienen las familias, les diseñamos la mejora en la vivienda que quieran hacer, y vamos provocando que progresivamente tengan su casa.
¿Cuantos beneficiados registran a 2014?
Son aproximadamente unas 15.000 familias beneficiadas en Colombia, a partir de los cinco centros productivos de autoempleo, además de participar en las viviendas gratuitas del gobierno, construyendo directamente 6.000 hogares.
¿Cuál es el compromiso real del sector privado con el proceso de paz?
Tenemos que reconocer que para lograr la paz hay que lograr una manera adecuada de reintegración de estas personas a la vida productiva y somos los actores del sector privado quienes podemos darle esa oportunidad, si los capacitamos y les damos la oportunidad, pues seguramente podrán integrarse de una mejor manera al país.
¿Cuáles son las dificultades que prevé el sector privado para el logro de la paz en Colombia?
La única dificultad que puede haber es desconfianza, yo no veo ninguna otra al final. Han sido muchos años de conflicto y seguramente hay algunos daños emocionales y eso es lo que hay que reparar.
¿Qué proponen las empresas para que sean exitosos los diálogos de en La Habana?
Honestidad, transparencia y fijarse metas específicas, que eso es lo que tienen y han venido construyendo en estos años.
