En Estados Unidos, estas fuerzas económicas han llevado a ver la educación técnica y tecnológica como una forma de resurgimiento. “Muchos economistas sienten optimismo hacia los prospectos que ellos llaman trabajadores de ´habilidades medias’”, escribe Tamar Jacoby, presidente de Opportunity America en Washington. “En unos años, de acuerdo a algunos, al menos un tercio y de pronto algo cercano a la mitad de los trabajos en Estados Unidos necesitarán más que la secundaria pero menos de 4 años en la universidad - y la mayoría involucrará algún tipo de entrenamiento técnico o práctico”.
Lo mismo aplica para América Latina. A los trabajadores se les exige adquirir las habilidades para competir en un mercado laboral más automatizado e impulsado por la tecnología. Aún así, la nueva generación se está quedando atrás. Hay aproximadamente 106 millones de jóvenes (entre los 18 y 24 años) en la región, de los que uno de cada cinco - aproximadamente 20 millones de ellos - son lo que se conoce como NEETs (por las siglas en inglés), personas que ni trabajan ni estudian. De aquellos que sí trabajan, 60 % son clasificados dentro de baja productividad, ingresos bajos, y baja movilidad ascendente en el sector informal.
La conversación actual en América Latina sobre mejorar la calidad de la educación en los centros educativos y expandir la educación de la primera infancia es extremadamente importante. Sin embargo, esta discusión deja por fuera a la mayoría de la población que ha abandonado el sistema educativo y que, además, debe mejorar sus habilidades si quiere tener alguna oportunidad de mejorar su calidad de vida.
En las palabras de Ricardo Hausmann, economista de Harvard, los gobiernos “se han rendido con todas las personas que ya han pasado por el sistema educativo, la mayoría de ellas por encima de los 18 años, y alcanzando los 25. Es una estrategia que ignora el potencial de 100 % de la fuerza laboral de hoy, 98% de la de mañana y un número enorme de personas que estarán alrededor por los próximos 50 años”,
Se deben encontrar otras alternativas para lidiar con la fuerza laboral de hoy, y por eso el sector privado está tomando medidas en este aspecto. La Fundación Citi, mediante su programa de “Pathways to Progress” (Caminos hacia el Progreso), ha comprometido US$50 millones durante tres años para ayudar alrededor de 100.000 jóvenes a desarrollar las habilidades laborales y experiencia en liderazgo necesarias para competir en la economía del siglo XXI.
En Colombia, por medio del programa Creando tu Futuro, 1,000 jóvenes son parte del programa para fortalecer y desarrollar habilidades necesarias para el mercado laboral, como inglés, análisis matemático y lectoescritura, uso del dinero y diferentes enfoques como servicio al cliente, operación de computadores y servicios turísticos.
Otra iniciativa interesante con este enfoque une empresas con el sector multilateral, creando una coalición más amplia para el cambio. Esta es la del Banco Interamericano de Desarrollo, llamada “Nuevas Oportunidades de Empleo” - NEO, por sus siglas en inglés-, lanzada originalmente por el Fondo Multilateral de Inversiones y por la International Youth Foundation (Fundación Internacional de Jóvenes) con el objetivo de capacitar a más de un millón de jóvenes latinoamericanos entre los 16 y 29 años. Entre los aliados están multinacionales como Walmart, Caterpillar, Microsoft y Arcos Dorados.
Esta colaboración entre organizaciones oficiales y el sector privado es particularmente prometedora.
