Del 3 al 14 de junio de 1992 se celebró en Río de Janeiro la Cumbre de la Tierra, organizada por la ONU, en la que se trataron temas como: fuentes alternativas de energía; uso de combustibles fósiles vinculado al cambio climático global; formas de reducir las emisiones de los vehículos; las congestiones de tránsito; problemas de salud producto de la contaminación y la que en aquel entonces era ya una creciente escasez de agua.
Los logros alcanzados fueron la suscripción de la Convención para la Diversidad Biológica y del Protocolo de Kioto sobre el cambio climático, más otros cinco documentos sobre Medio Ambiente y Desarrollo.
Uno que resultó de importancia en los siguientes años es un ‘Acuerdo de las Naciones Unidas (ONU) para promover el desarrollo sostenible’, a través de una lista detallada de acciones que deben ser acometidas a nivel mundial, nacional y local en todas las áreas en las que ocurren impactos humanos sobre el ambiente, como la conservación y gestión de los recursos para el desarrollo, la protección de la atmósfera, la lucha contra la deforestación, la sequía, entre muchos otros.
En 2012, Río de Janeiro volvió a ser sede de la conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, 20 años después de su primera Cumbre de la Tierra, razón por la que decidieron llamar el encuentro como 'Río+20'. A aquella versión asistieron representaciones de más de cien Estados y hubo 50.000 asistentes a las conferencias. Se adoptó por consenso un documento integral bajo el título ‘The future we want’ (‘El futuro que queremos’), en el que se destacaron temas como la transformación de ciudades, el transporte y el turismo sostenible
‘El futuro que queremos’ enfatizó la importancia de aumentar las políticas de diseño y planeación urbana sostenible en las metrópolis, con el fin de responder al crecimiento de las poblaciones urbanas, a partir de la revitalización de los barrios, la adopción de programa de eficiencia energética y el desarrollo y manejo de sistemas de transporte apropiados.
Río+20 en Bogotá
Colombia ha logrado situarse como un país importante de Latinoamérica y el crecimiento de una generación que les ha apostado a la paz y a la legalidad ha mejorado la imagen del país.
Su capital, Bogotá, con más de siete millones de habitantes está obligada a comprometerse con la sostenibilidad, por lo que ha implementado proyectos para mejorar el transporte urbano público y para re-desarrollar los servicios de turismo, algunos de ellos con buenos resultados, otros con consecuencias que aún no satisfacen del todo a la ciudadanía.
Lo que se reconoce siempre es el compromiso de la ciudad con el desarrollo urbano y el medio ambiente. Esa fue la razón para ser escogida por la Naciones Unidas como sede del segundo aniversario de Río+20. Desde este domingo, alrededor de 40 representantes de alto nivel, más de 150 expertos nacionales e internacionales y un estimado de 1500 asistentes se reunirán en la Plaza de los Artesanos, para participar de la más grande plataforma que ha tenido la capital en temas de sostenibilidad urbana.
Se buscará generar un esquema de políticas públicas que sean referentes para las ciudades del mundo que buscan un desarrollo sostenible, a través del aumento de la proporción de energía renovable y del uso de tecnologías menos contaminantes y de alto rendimiento energético; elementos fundamentales para lograr el desarrollo que les asegurará a futuras generaciones la calidad de vida que los recursos naturales han permitido hasta hoy.
Los temas centrales que se discutirán en esta versión son:
1. Las ciudades y el uso eficiente de recursos (energía, agua, residuos, hábitat, vivienda sostenible, edificios amigables con el medio ambiente).
2. El transporte y la movilidad sostenible (desarrollo orientado por el transporte sustentable, ordenación del territorio, sistemas de transporte, infraestructura, acceso).
3. El turismo sostenible (políticas nacionales y locales, servicios hoteleros, competitividad, gestión de residuos sólidos, patrimonio cultural, imagen de ciudad).
