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RESPONSABILIDAD SOCIAL

A bordo del único avión hospital que existe en el mundo, el Flying Eye Hospital

miércoles, 24 de septiembre de 2014
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María Camila Suárez Peña

Este relato podría confundirse con cualquier historia de ficción que cuenta cómo los súper héroes utilizan su facultad de volar para arribar a distintos destinos y lograr salvar a miles de ciudadanos.

Solo que acá, en este escrito, se narra una historia de la vida real. Una escrita por seres humanos que benefician a otros de una forma única: devolviéndoles la oportunidad de ver el mundo que los rodea.

“Necesito más gasa”, “por favor llamen a otra enfermera” y “debemos procurar que este joven no pierda la córnea”, fueron las primeras frases que escuché cuando abordé, en Trujillo, ciudad ubicada al norte de Perú, el FEH (Flying Eye Hospital), único avión hospital que hay en el mundo. En él no hay azafatas que recuerdan la forma de ajustar correctamente el cinturón, sino doctores que enseñan a estudiantes y residentes cómo salvar vidas y cirujanos que, a través de sus manos, le entregan la oportunidad a niños, jóvenes y adultos, de distinguir las formas, los colores y los tamaños.

Este sueño nació en 1982 y fue impulsado por Orbis, una organización sin ánimo de lucro cuyo objetivo es prevenir la ceguera a través de la capacitación de profesionales en salud visual, que hacen parte de instituciones oftalmológicas. “Lo que nosotros hacemos es llevar nuestro avión a diferentes países, y cuando estamos en ellos, realizamos misiones de salud que buscan sanar problemas visuales. Además de eso, nuestro objetivo es académico. Construimos capacidades en los oftalmólogos para que ellos se encarguen de multiplicar ese conocimiento. Brindamos el equipamiento de nuestro medio de transporte para lograrlo”, comentó Joan Mcleod, directora regional de Orbis para América Latina y el Caribe.

Después de recorrer el avión noté que este medio no tiene nada que envidiarle a un hospital construido en cualquiera de las grandes urbes del mundo. Tiene una sala audiovisual, en la que los residentes y estudiantes pueden apreciar las cirugías y escuchar las diferentes instrucciones de sus tutores; una sala de cirugías muy bien dotada, que tiene una pantalla de transmisión en tiempo real; y un área láser, en donde se preparan los pacientes que van a entrar a operación. Además, cuenta con un espacio académico, que tiene un televisor en el que se reflejan distintos contenidos, y en la que se apoyan quienes lideran las clases.

El FEH, que en sus 32 años de existencia, ha visitado más de 80 países, llegó por primera vez a América Latina en 1992, visitando Panamá. Y en Perú, hizo su visita número doce, lugar en el que tiene como socio principal al IRO (Instituto Regional Oftalmológico), una institución que atiende a 400 pacientes a diario, y que en los últimos meses ha focalizado su trabajo en el área de pediatría debido a la alta demanda.

“El apoyo de Orbis ha sido total. Nos han aportado estrategias de conocimiento que nos facilitan la detección temprana de males visuales, lo que salva vidas. Hemos comprendido, a través de los años, que los ojos de los diferentes sectores de la población son diferentes, por eso hay que tratarlos de forma específica”, manifestó Nancy Suárez, directora administrativa de IRO.

Para que la nave llegue a un destino se requiere una invitación del país interesado en llevar a cabo las misiones y un plan de acción preliminar que dura alrededor de 18 meses. “En el proceso hacemos es alianzas con socios del lugar al que iremos, ellos son quienes nos patrocinan de alguna forma y quienes nos brindan los pacientes y las personas a capacitar”, explicó Bruce Johnson, director de operaciones del avión.

FedEx es una de las compañías que apoya este proyecto. En 2011 anunció una inversión a cinco años de US$5.375 millones. El Programa Becario FedEx es una de las iniciativas que desarrolla y consiste en un aporte de becas de educación en temas oftalmológicos para doctores locales.

La firma de relojes Omega es otra de las patrocinadoras del proyecto de Orbis.

Esta empresa realiza una inversión anual de US$1 millón y dedica un porcentaje de sus ventas totales para cuestiones de organización y desarrollo de las diferentes misiones en las que participa el avión.

“El trabajo que hacemos con nuestros relojes es tan preciso como el que los doctores hacen en sus cirugías, por eso nos identificamos con esta causa que persigue un bien común”, dijo Jean Pascal, vicepresidente de Omega.

Voluntarios de 14 nacionalidades
En el avión trabajan 22 personas. Algunas de ellas reciben un pago de Orbis y otras son voluntarias de diferentes organizaciones del sector salud. Bruce Johnson, director de operaciones del avión, comentó que hay 14 naciones distintas trabajando por un fin común como Egipto, Perú, Estados Unidos, Colombia, Kenia, Sudáfrica, entre otras. El mantenimiento y la operación del FEH (Flying Eye Hospital) se realiza a través de donaciones, según Johnson. “FedEx nos colabora con los pilotos que dirigen la nave, compañías farmacéuticas nos dan los medicamentos, y firmas como Omega, nos otorgan un porcentaje de sus ventas”.

La opinión

Bruce Johnson
Director de operaciones de FEH

“Nosotros llevamos nuestro avión a países que nos invitan. El proceso de planeación dura cerca de 18 meses, tiempo en el que encontramos socios y realizamos un plan de acción”.

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