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Si la economía va a crecer por encima de 4% este año, se debe empezar ya a actuar en cada sector, región, actividad, pero hay jugadores clave a los que no se les ve ninguna iniciativa
¿Qué es la reactivación? Es un conjunto de actividades económicas que sumadas llevan a que una economía crezca y deje atrás los números rojos que la deprimieron o la estancaron. Simplemente, reactivarse es volver a activarse y ese debe ser el imperativo de cada colombiano.
El problema es que muchos sectores se acostumbraron a las ayudas estatales, mientras que otros guardan dañina pasividad a la espera que la vacuna entre por la puerta de sus casas, sus empresas o las oficinas. Grave error, pues parafraseando el epílogo del discurso de posesión del presidente, John F. Kennedy, el 20 enero 1961 -hace 60 años- “no pregunten qué es lo que América puede hacer por ustedes, sino qué es lo que podemos hacer nosotros por el país”.
Con algunos retrasos o inconvenientes es un hecho que el plan de vacunación va a comenzar al final del mes y que entre marzo y abril ese será el tema en Colombia, pero todas las fuerzas vivas responsables de generar dinámica económica no pueden sentarse a esperar que la reactivación venga por decreto; debe haber una actitud como personas naturales y jurídicas frente a este imperativo.
Hay sectores que deben empezar ya, no solo a planear sino a ejecutar planes de reconstrucción de mercado. El desempleo de una tasa promedio de 14% solo se reducirá si las empresas y las personas empiezan a contratar actividades canceladas durante la larga pandemia. Mucho tiene que ver con el comercio que ha sido el sector más generador de reactivación y que más oferta de empleo ha registrado en los últimos meses, actitud que debe consolidarse y volverse una constante, obviado que todo debe hacerse con las medidas sanitarias necesarias. El comercio electrónico es una gran herencia que llegó para quedarse y ahora es un subsector que mueve cerca de $30 billones anuales, pero es la actividad de los centros comerciales, de las calles comerciales, de las galerías o las plazas, en todos los rincones, la que genera más dinámica y arrastra actividad.
Más allá de la percepción de recuperación que puede desprenderse del comercio, es el sector de la construcción el llamado -literalmente- a comenzar obra. No solo porque el componente de mano de obra es fundamental, sino porque es el transformador, no solo en vivienda, bodegas u oficinas, sino en grandes obras de infraestructura. Es una actividad inmensa que mueve las regiones por igual, hablamos también de la producción, fabricación e insumos para construir. Plásticos, cemento, cal, yeso, caucho, herramientas, metales, cerámicas, piedras, arena y todo lo que se necesita para hacer obras se reactiva si hay planes ambiciosos por parte de los constructores. Pero para que el comercio y la construcción sean la piedra angular de la recuperación debe haber un sector financiero irrigando el mercado con planes de crédito.
Es un momento -como ningún otro- de grandeza de los bancos con la economía. Reciben dinero muy barato del Emisor y están en la obligación profesional de trasmitir esas tasas bajas a los cuentahabientes. No puede volver a suceder que ese dinero a tasas de 1,75% se vaya a inversiones en el mercado secundario y no a sus clientes. Las tasas han bajado lentamente, pero los créditos hipotecarios siguen por encima de 8% en promedio y la tasa de usura de 26% se mantiene como el techo del consumo con tarjetas de crédito. ¿Qué papel juegan los bancos en la reactivación?
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