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Así se ha comportado el déficit fiscal.
Es literal: el Gobierno Nacional ha decidido aplazar el cumplimiento de las reglas fiscales para poder aumentar el déficit y endeudarse hecho sin precedentes, solo visto en pandemia
El Gobierno Nacional, a través de su Ministerio de Hacienda y del Departamento Nacional de Planeación, pasó por alto las recomendaciones del Comité Autónomo de la Regla Fiscal, Carf, sobre el máximo respeto de los compromisos adquiridos para cumplir la llamada regla fiscal, mecanismo adoptado por todos los países desarrollados para cumplir unos parámetros que garanticen la sostenibilidad de las finanzas públicas en el largo plazo.
La idea adoptada por Colombia en 2011 bajo la Ley 1473 buscaba acordar límites y evitar que la administración central de turno comprometiera la estabilidad económica e “hipotecara” la capacidad del Estado para financiar sus compromisos para las nuevas generaciones.
A la medianoche del pasado lunes, el llamado Confis, Consejo Superior de Política Fiscal, de la cartera de Hacienda, decidió suspender por tres años la regla fiscal, que le ponía techo al endeudamiento, algo así como 55% del PIB y dio un fuerte golpe a la credibilidad en el manejo económico.
Literalmente, el actual manejo de las finanzas públicas es tan dañino como el mismo covid, pues la última vez que se suspendió, en 2021, fue por causa de la pandemia que sumió al mundo en una auténtica crisis; en esta oportunidad no hay un motivo aparente para hacerlo.
El Comité Autónomo de la Regla Fiscal, Carf, ha aclarado que no ha brindado recomendaciones frente a la suspensión de la regla fiscal. Es decir, que hará pública su posición una vez el Gobierno publique el plan fiscal. Valga la pena aclarar que el concepto no es vinculante.
Todo quedará al partidor al final de esta semana cuando el Gobierno Nacional haga público el Marco Fiscal de Mediano Plazo, un documento estratégico para los mercados en el que se mostrarán los nuevos compromisos de ingresos y gastos de Gobierno, de momento es descartable que presente un plan de ahorro generalizado ante la caída de la tributación, el bajo crecimiento y la imposibilidad política de tramitar algún ajuste tributario.
Para materializar la suspensión de la regla fiscal se deben exponer ante los mercados y el Congreso, las ideas financieras que desencadenan la decisión, todo debe suceder antes del 13 de junio, fecha en la que las comisiones económicas, más todo el legislativo, empiezan su largo periodo de vacaciones, labores que reanudan con la penúltima legislatura el próximo 20 de julio.
Quedan muy pocos días para que el Ministerio de Hacienda presente varias cosas: el concepto no vinculante del Carf, un visto bueno y debatido en el Confis, luz verde del consejo de ministros, además de una aprobación del Conpes, que elabora un documento técnico que argumente la decisión ya socializada en los medios de comunicación y que ha llevado a que la moneda colombiana se devalúe a pasos agigantados, llegando a valores de $4.200 por dólar.
Es la segunda vez que se modifica la regla fiscal, en los años que no ha sucedido eso, no se ha cumplido, pero eso no es argumento para quitarla o aplazarla.
El Gobierno Nacional, sin mayores argumentos ni una buena exposición de motivos, ha llevado a que la banca multilateral y las firmas calificadoras de riesgo vean con ojos de desconfianza tal decisión inédita, en un momento en el que los gobiernos en similares situaciones se han dado a la tarea de ahorrar, recortar gastos innecesarios, congelar las contrataciones y hacer rendir hasta el último peso.
No es una exageración, pero el manejo fiscal es tan malo como épocas del covid.
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