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La ampliación de la Refinería de Cartagena ha sido el proyecto más costoso emprendido por el Estado, pero también el más escandaloso
Hasta el momento solo la Contraloría General de la República ha puesto el dedo en la llaga de los escandalosos sobrecostos en la modernización y ampliación de la Refinería de Cartagena (Reficar), que es el proyecto de mayor envergadura que ha emprendido el Gobierno Nacional en la historia, pero también el más escandaloso.
Se conoció el informe de los sobrecostos y pérdidas que ha tenido que asumir Ecopetrol, a causa de las demoras y adiciones que tuvieron más de 2.460 contratos que intervinieron en la modernización, que terminó costando US$8.016 millones; 100% más de lo que se estipulaba. Claramente hay hallazgos fiscales que puedan llevar a que funcionarios o directivos de las empresas involucradas sean investigados por irregularidades en la contratación; que en algunos casos llevó a sobrecostos de hasta 37.000%, tal como lo informó este diario en su edición del pasado 26 de enero.
La idea era muy buena y se esperaba que la refinadora fuera una de las más sofisticadas del continente, que cumpliera con los más altos estándares ambientales y le permitiera al país duplicar la capacidad de refinación y triplicar la producción de propileno. Según la revista Semana de septiembre de 2012, “el proyecto comenzó con un crédito un crédito del Eximbank por US$3.500 millones. Pero cuando se pensaba que el proyecto que inicialmente haría la multinacional Glencore, y que en 2009 pasó a manos de Ecopetrol, andaba sobre ruedas, se convirtió en un gran escándalo por las revelaciones de millonarios costos no previstos y por las demoras en su ejecución (...) El caso habría pasado inadvertido ante la opinión pública de no ser porque trascendieron los detalles de una acalorada discusión del saliente ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, con el presidente de Reficar, Orlando Cabrales Martínez, por los retrasos en el cronograma y por los mayores costos que aparecieron en el camino. Según el exministro Echeverry (hoy presidente de Ecopetrol), la obra se subió en US$1.500 millones de dólares. Es decir, el proyecto ya llegó a US$4.854 millones y puede subir más. Además, ya no se entregaría en julio del año entrante, sino en noviembre”. Esas denuncias traídas a valor presente obligan a la Procuraduría, Fiscalía y Contraloría, a que no solo le revelen al país qué sucedió y quiénes fueron los responsables de tal descalabro, sino que paguen con su patrimonio el daño hecho al erario público.
¿Qué papel jugaron Orlando Cabrales Martínez como otrora presidente de la compañía y su hijo, entonces presidente de la Agencia Nacional de Hidrocarburos, Orlando Cabrales Segovia?, ¿quién está detrás de los sobrecostos en la firma estadounidense Chicago Bridge & Iron Company (CB&I)? Todas estas preguntas deben ser resultas para evitar que el dinero se esfume y el resto de colombianos siga asumiendo las pérdidas.
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