En medio de tanta protesta, saqueo y desabastecimiento, hacer lecturas optimistas no ser muy rentable en términos de opinión pública, pero hay cosas que están pasando desapercibidas como es el lapo que se está dando el Gobierno Nacional para intervenir los altos precios que estaban ahogando a los consumidores. El Ministerio de Salud, en manos de Alejandro Gaviria, puso en cintura a más de un centenar de productos farmacéuticos que las multinacionales del sector no habían querido bajar. Y lo mismo sucedió esta semana cuando el Ministerio de Hacienda, con Mauricio Cárdenas al frente, le quitó el arancel a los fertilizantes que tenían un sobrecosto de 23%. Ambos son hechos concretos que tienen implicaciones directas entre los consumidores y que nunca antes se habían dado; puede ser que los paros y las tutelas ayudaran a presionar a la Casa de Nariño, pero lo cierto es que las decisiones están tomadas y el alivio se sentirá en los bolsillos de los colombianos.
En menos de 90 días han bajado notablemente los costos de medicamentos e insumos agropecuarios y eso no se puede desconocer. Lo que sucede ahora es que los vientos electorales le están pegando de frente a la economía y a su actores. Las marchas y protestas campesinas inicialmente están siendo capturadas por intereses oscuros que buscan forzar mesas nacionales agropecuarias, industriales y hasta comerciales, todas para pedir protección estatal. Tal vez todo esto se debe a un coletazo de lo que está sucediendo en La Habana, pero estamos atravesando una época de cambio en muchos de los frentes sociales, políticos y económicos. Los campesinos nunca habían sido tenidos en cuenta en la historia reciente, incluso ni estadísticas hay de su situación, es por eso que el Censo Nacional Agropecuario que propuso el ex ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, es un imperativo para actuar con políticas públicas más asertivas.
No se puede esperar que un Gobierno democrático validado por las urnas salga a enfrentar con violencia las marchas y protestas, más en un Estado de derecho como el nuestro. Se debe actuar, eso sí, con mano fuerte contra los actos vandálicos y la captura por parte de los violentos de las huelgas, pero la protesta es legítima e incluso la Policía debe garantizarlas. Creemos que a la decisión de bajar los medicamentos y los insumos se debe sumar la congelación del precio de los combustibles como la gasolina y el ACPM que debe informarse la próxima semana. El precio internacional del petróleo que exportamos ayuda a que la decisión sea más favorable, pues vendemos materia prima cara (US$110 por barril de WTI) y compramos galón de gasolina muy costoso (US$4). Es un momento de grandes decisiones políticas y económicas.