La puja de las multinacionales por las diferentes bandas de 4G es fundamental para mejorar el servicio celular en Colombia
La llegada de la telefonía celular a Colombia revolucionó el sector de las telecomunicaciones a un ritmo acelerado y ha cambiado a su paso fuertes tradiciones y costumbres. Por ejemplo, para nadie es un secreto que la telefonía fija es cada vez más obsoleta en su uso doméstico y que toda la ‘movida celular’ ha generado un dinámico sector de economía formal e informal, como es la venta de minutos, la oferta de accesorios, y ahora más recientemente, las aplicaciones para los teléfonos inteligentes. Pero también es cierto que el negocio de los celulares atraviesa una crisis de éxito. Cifras oficiales dicen que hay más de 40 millones de aparatos funcionando en plan pospago y unos 10 millones en modalidad prepago.
Estas cifras son muy importantes en el mercado y nos muestran que el verdadero negocio está en el traslado de los usuarios prepago a los pospago, por varias razones. Es bajo esta modalidad (pospago) que más se dispone de los adelantos tecnológicos asociados a internet más todas las aplicaciones de última generación. Otra de las razones es que el sistema de pago formal, mes a mes, permite que el usuarios se pueda quejar ante el operador por la caída de llamadas o el cobro de operaciones interrumpidas. Un derecho que no se puede ejecutar con eficiencia cuando se compran minutos en un supermercado. Y finalmente, es en pospago en donde se concentran los contratos con los que se puede reclamar ante las entidades de control y vigilancia.
Bien se podría decir que los usuarios de la telefonía celular en Colombia están esperanzados en que con las nuevas bandas 4G el servicio mejore notablemente y que las justificaciones del mal servicio que se presta hasta ahora, no tengan espacio. Hace dos décadas los celulares revolucionaron las telecomunicaciones, se espera ahora que con el 4G el servicio mejore y todas las posibilidades de velocidad, calidad y sincronía con los adelantos técnicos puedan ser una realidad. De nada vale tener un celular de última generación, contratar en un plan robusto y tener un respaldo contractual si el servicio es deficiente y las autoridades de control y vigilancia no tienen las herramientas para obligar una buena prestación de llamadas y planes de datos.
El mismo Presidente de la República ha increpado a las empresas de telefonía celular para que mejoren el servicio y cumplan con la totalidad de los minutos vendidos en la calle para los celulares en prepago y ejecuten a cabalidad los contratos en la forma de pospago. Temas como la libre portabilidad numérica y mayor oferta de empresas en el negocio, son grandes avances para que las leyes del libre mercado sean las que regulen la telefonía celular en Colombia, pero esto es aún minúsculo si las mismas compañías no se comprometen con sus clientes.
