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EDITORIAL

La histórica repartición de las regalías

viernes, 7 de diciembre de 2018

El Congreso aprobó el presupuesto de regalías por $24,4 billones, monto que puede subir a $30 billones. El lío no es la cantidad, es que se inviertan

Editorial

El Estado colombiano no es pobre, tiene dinero suficiente para hacer inversión social y poder funcionar adecuadamente, incluso está en la capacidad de generar estrategias como las alianzas público privadas, entregar concesiones a largo plazo o llegar a ejecutar obras por impuestos para desatrasar la infraestructura de manera eficiente. El gran problema es que muchos de los funcionarios encargados de hacerlo son negligentes, incapaces -y en ocasiones- corruptos. El presupuesto general de la Nación para el año que viene asciende a $259 billones, una cifra enorme que debe alcanzar para pagar la deuda, hacer inversión y para gastos de funcionamiento. Con el ánimo de hacer comparaciones odiosas entre economistas, pero pedagógicas para los lectores, la cifra habla de más de US$95.000 millones, un monto similar -de acuerdo con la tasa de cambio del momento- a la fortuna de Bill Gates, según Bloomberg; eso quiere decir que cada año el gobierno de turno hace uso de una riqueza de tal cantidad para ejecutar sus planes.

A ese presupuesto se deben sumar los nuevos préstamos de la banca multilateral y el llamado presupuesto bianual de regalías, recientemente aprobado por las comisiones económicas del Congreso y que ascenderá a $24,2 billones. El dinero de las regalías se invertirá entre 2019 y 2020, de acuerdo con los proyectos presentados al Órgano Colegiado de Administración y Decisión (Ocad) encargado de evaluar, viabilizar, aprobar y priorizar los programas y proyectos que serán financiados con recursos del Sistema General de Regalías. Esos Ocad está conformado por los gobiernos locales, regionales y la representación de tres ministros y el Departamento Nacional de Planeación. Es todo un aparato que ha buscado darle transparencia a las inversiones que tiene destinación específica, pero que no están exentos de las maromas de los políticos regionales y obviamente de los funcionarios corruptos.

Para los próximos dos años este monto crecerá 80% al pasar de $13,4 a $24,2 billones en comparación con el periodo 2017-2018. A esta cantidad de recursos se deben sumar más de $6 billones que no se ejecutaron de la administración anterior para un total de $30 billones. El actual Gobierno es partidario de hacer fuertes ajustes al funcionamiento de los Ocad y la manera que éstos reparten las regalías, idea que no solo es necesaria sino que debe buscar eficiencia en la asignación de recursos provenientes de las regalías, pues como ha operado hasta ahora ha sido muy ineficiente y se ha prestado para corrupción y desviación de recursos. Para nadie es un secreto que con el dinero de las regalías se han hecho miles de proyectos que han terminado en manos de la corrupción. El dinero para la inversión en 2019 del presupuesto general es muy grande, el monto sube a $46,8 billones a lo que se debe sumar los $30 billones de las regalías, por lo que estamos hablando de casi $80 billones para invertir en dos años, dinero suficiente para ejecutar obras muy necesarias como las vías terciarias de muchos departamentos o para modernizar la red de acueductos, incluso para llevar a cabo proyectos de ciencia y tecnología. Dinero hay, es escaso, tiene trámites, pero es allí en donde la nueva administración se debe diferenciar y tener la capacidad de ejecutar, y obviamente, eliminar el riesgo de que estos billones caigan en malos de la corrupción.

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