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Recaudo tributario en lo corrido de 2025
El Gobierno logró que el Congreso le aprobara un presupuesto para 2026 de $546 billones, pero no ha podido recaudar más de $305 billones, asimetría contable que condena sus finanzas
Al Gobierno Nacional le quedan en la Casa de Nariño poco menos de ocho meses, lo que pareciese muy poco tiempo para conseguir las metas que se propuso en tiempos de campaña, ahora el problema es que no solo no tiene tiempo, tampoco dinero para hacer y entregar obras fehacientes que transformen el país, que nunca se vieron. Sin tiempo y sin dinero, todo puede pasar en los días que le faltan administrando un país lleno de precariedades y en medio de una campaña presidencial bastante virulenta.
Las cuentas son muy sencillas: el último presupuesto de Petro será de $546 billones, uno de los más altos de la historia reciente, no solo en monto, sino en financiación, pues para solventar dicho monto solo se cuenta con un recaudo de unos $300 billones, una meta de impuestos difícil de conseguir, muy a pesar de que la economía tiene una dinámica con tracción en el consumo que debería contribuir con más de ese monto. El desface del recaudo puede ser de $12 billones a la luz de los anuncios de la misma Dian que ha sido una entidad causal del bajo recaudo, no solo por la rotación en el liderazgo de la entidad, como también en la aplicación de nuevas tecnologías probas de información que ayudarían a que la informalidad no le gane también a los impuestos.
Durante la Audiencia Pública de Rendición de Cuentas 2024-2025, el director general (e) de la entidad, Carlos Emilio Betancourt, reconoció que la entidad no cumplirá con la meta de recaudo tributario para este año de $305,4 billones, pese a alcanzar un cumplimiento de 97,1%, el recaudo quedará $11 billones por debajo de la meta trazada por la entidad. En el acumulado entre enero y octubre el recaudo tributario alcanzó $249,12 billones, lo que supone un aumento de 11,28% si se compara con el mismo periodo del año pasado, cuando se reportó un acumulado por $223,85 billones, pero en el consolidado anual, las cosas serán a otro precio.
Si bien este Gobierno Nacional ha sino el primero en la historia en lograr una sola reforma tributaria, lo que pareciese una buena noticia, también es el primero en no ejecutar adecuadamente los presupuestos asignados para cada sector o entidad. No solo ha sido una Dian de muy bajo perfil y carencias técnicas, sino un Ministerio de Hacienda que se ha esforzado más por trabajar con deuda que con mayor recaudo. La reforma tributaria planteada al Congreso, que busca recoger unos $16 billones, naufraga en las comisiones, mientras a las entidades no les pareciese importar porque su ejecución presupuestal es precaria.
Al líder de las finanzas públicas de la nueva administración -a partir del próximo agosto- le corresponderá poner en línea las cuentas nacionales, más recaudo menos gastos, y como tareas van a brillar, recuperar el grado de inversión, disminuir el tamaño del Estado y lograr más eficiencias en las empresas industriales y comerciales del Estado. Bien se puede plantear que la economía tuvo dos pandemias gemelas que llevaron el déficit a niveles históricos: el del Covid 19 y el de Petro, dos situaciones que parecen haberse juntado con graves consecuencias para la planeación al largo plazo. Nuevamente se volverá a hablar de la necesidad de una reforma tributaria estructural que traiga a valor presente al abultado estatuto tributario, le quite carga tributaria a las empresas y a las personas, y se aplique a fondo a la evasión, la elusión, el contrabando y la dañina informalidad.
Al menos, al final de este año, el ritmo con que camina en los mercados la inteligencia artificial es lento lo que genera muchas expectativas frente al impacto en la economía global
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