El problema de la desigualdad tiene soluciones

La desigualdad persiste en Colombia y se agudizó durante el tiempo de la pandemia; así lo revela un informe del Banco Mundial en el que concluye que la desigualdad de ingresos es la más alta entre los países que integran la Ocde y es la segunda más alta entre 18 países de América Latina y el Caribe. Una lápida en percepción internacional muy difícil de quitarse y que obliga al debate público sobre los orígenes del problema y las soluciones que hay sobre la mesa.

En Colombia, los ingresos de 10% de la población más rica es 11 veces mayor que la de 10% más pobre, situación que no solo es persistente en la historia del país, sino que aumentó durante la pandemia de covid-19, empeorando más la desigualdad, al punto que unos 3,6 millones de personas se sumieron en la pobreza. Dice el Banco Mundial que “los colombianos con menos educación, la población rural y los desempleados o pobres tienen muchas menos probabilidades de considerarse felices”. Sin duda, uno de los focos u orígenes de la inseguridad y la prosperidad del narcotráfico.

Para la banca multilateral, las desigualdades comienzan en la infancia y tienen consecuencias en la acumulación de capital, en las oportunidades financieras y en el mercado laboral. “Si bien Colombia ha hecho avances muy importantes en reducir la mortalidad infantil, vemos cómo en otros indicadores, como en años de educación ajustados por aprendizaje y malnutrición presentan brechas importantes entre los hogares más pobres y los más ricos. Un niño pobre recibe dos años y medio menos de aprendizaje que uno rico”.

La crítica más dura contra el manejo de la desigualdad en Colombia, hecha por el Banco Mundial, es que los modelos de impuestos y transferencias poco contribuyen a reducir la desigualdad de ingresos. El informe advierte que el nivel de recaudo es menor que en otros países, que el impuesto sobre la renta de las personas es mínimo, gracias a que las deducciones y los umbrales tributarios son muy altos, lo que a la postre le limita al Estado recursos para redistribuir entre los necesitados.

El problema de la desigualdad sí tiene soluciones sobre la mesa y algo está haciendo el Gobierno Nacional, pero las acciones se dan muy lentamente y de manera asimétrica en las distintas regiones. Hay que mejorar el sistema fiscal para reducir la pobreza, tal como se ha planteado en la última reforma tributaria solidaria, que fue asumida en su totalidad por las empresas, pero el Banco aconseja avanzar más rápido en disminuir las desigualdades territoriales, mejorando la infraestructura de transporte en las regiones más necesitadas para poder consolidar las empobrecidas economías rurales.

Se está tratando de reducir el impacto inminente del próximo choque climático, que profundizaría la desigualdad, con políticas públicas de incentivos promover la agricultura climáticamente inteligente, pero aún faltan indicadores permanentes que le hagan seguimiento a esta iniciativa novedosa. Pero en donde más avanzan las soluciones es en la promoción del mercado laboral inclusivo, con medidas como regulaciones laborales acordes con el contexto económico; reducir trámites burocráticos para la contratación laboral formal; mejorar la calidad de los programas de reinserción laboral y de entrenamiento; y eliminar las barreras de acceso equitativo al trabajo, especialmente para las mujeres.