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EDITORIAL

Coyuntura para tener mucho cuidado

lunes, 19 de diciembre de 2016
La República Más
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El mercado de divisas en el mundo pasa por una coyuntura de perfecta incertidumbre en la que cualquier movimiento es determinante para el futuro.

 

En el mundo global, los movimientos de las variables económicas no pueden ser indiferentes a ningún país, a sus autoridades y a sus empresas, en particular en lo que significa asuntos cuyo impacto se siente casi de inmediato como las tasas de interés y el tipo de cambio. Y más cuando se dan en forma extraordinaria, como ahora que la Fed ha hecho un ajuste en la tasa de interés, el segundo en casi 14 años, y anuncia que en 2017 se darán varios más en respuesta al buen estado de la economía de la potencia y evitar de esa forma algo que los economistas llaman “recalentamiento”, y que en términos sencillos no es más que atajar presiones sobre la inflación porque se ha alcanzado un nivel alto de ocupación de los factores productivos, incluyendo el empleo.

Aunque en economía no se tiene la absoluta certeza de lo que va ocurrir luego, las primeras consecuencias del actual estado de cosas han comenzado a sentirse: por primera vez en más de una década, el precio de la divisa estadounidense se ha casi igualado al euro y todo hace pensar que seguirá ese rumbo, ante la expectativa de que la autoridad monetaria de Estados Unidos será más agresiva. Pese a que los postulados básicos indicarían que la llegada de Trump  haría perder algo de la fortaleza al dólar, ha ocurrido lo contrario, y los mercados están comenzando a obrar en consecuencia y recomendar a sus clientes jugar o atacar a la moneda europea y a la libra esterlina. De cualquier forma, hay que esperar lo que pasará cuando el empresario asuma el poder y haga realidad las anunciadas medidas para proteger al país de los supuesto ataques del mundo global, pues los estímulos fiscales podrían llevar a una mayor inflación. Esto haría que la Fed siga subiendo las tasas más rápido de lo previsto y en contraposición se podría dar un decaimiento de la actividad económica.

¿Y qué pueden esperar el gobierno y los empresarios de nuestro país? La política anunciada de tasas de interés en Estados Unidos podría empujar a una mayor devaluación de nuestro peso y las mayores tasas de interés, a movimientos de capital en favor de ese país y en contra del nuestro. También es evidente que mayores tasas externas encarecen los requerimientos de recursos del exterior. La mezcla de tasas de interés más altas y un dólar más fuerte que le darán la bienvenida al nuevo gobierno es un coctel que se debe manejar con extremo cuidado, pues no resulta atractivo para muchas empresas que exportan desde ese país y enfriar los mercados de títulos y acciones. Quienes sí harán fiesta serán los especuladores y los bancos, cuyo interés está en maximizar su rentabilidad en el corto plazo con la creencia que luego se verá qué pasa luego. Es un camino muy riesgoso.

En el caso local de nuestros países, la prudencia parece ser la mejor consejera y el estudio y seguimiento permanente, la guía de quienes tienen la responsabilidad de manejar aquí políticas y negocios.

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