La fórmula impuesta por la troika para recuperar a Chipre es draconiana y determinará el futuro del euro a largo plazo.
Al igual que durante 2008 el nombre de Islandia apareció en el concierto internacional como epicentro de la crisis hipotecaria que cobijaría a todo el mundo durante meses, en las últimas semanas es Chipre el pequeño país que surge como una zona de intervención draconiana para que la banca multilateral, las autoridades monetarias europeas y la llamada troika impongan sus recetas para blindar al viejo continente de una contaminación más profunda ocasionada por la crisis del sistema monetario sin políticas unificadas en materia económica y fiscal.
La troika es una tríada conformada por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea para estudiar a fondo problemas estructurales con el euro y anticipar fórmulas en países en crisis como España, Grecia, Portugal y, por supuesto, Chipre. Ese grupo de intervención quiso someter a los cuenta habientes de la banca comercial y de inversión de la isla en el Mediterráneo para que gran parte del rescate financiero de ese país saliera del dinero ahorrado. Una medida muy dura que fue abortada por arbitraria pues aplicar un impuesto a los depósitos generaría una desbandada de usuarios de los bancos en los países en crisis. De momento, esa fórmula no se hará, pero está sobre la mesa.
Los bancos chipriotas están cerrados toda esta semana para evitar que los usuarios bancarios de la isla saquen el dinero. El gobierno está en crisis en un país que ha vivido de ser un paraíso fiscal de dineros griegos y rusos. Aplicar un impuesto del 10% para los depósitos de más de € 100.000 y del 6% a los menores de ese monto, es un método arbitrario que había sido descartado en otros momentos de la historia por el efecto que genera en la confianza de los ahorradores. Esta vez parece que tampoco se aplicará.
Si el gobierno chipriota acepta esta intervención, los cuenta habientes de España temerán que la misma fórmula sea aplicada en su país y el caos en la otrora banca fuerte española será inminente. Es obvio que por esta puerta nos contamináremos en América Latina, pues aún hay bancos de ese país que manejan una buena porción del dinero en la región. Así Chipre suene a exótico y lejano debemos estar atentos a lo que allí suceda, pues los vasos comunicantes del sistema financiero internacional son muy amplios por estos días.
Por lejana que parezca la isla de Chipre su situación esta conectada con nuestra realidad por el sistema financiero y la draconiana fórmula de la troika puede afectar el ambiente bancario de todo el mundo. Los bancos son el pilar de confianza de una economía de mercado y una medida como la propuesta es nefasta, así las intenciones sean buenas.