Standard & Poor’s sube la calificación de riesgo del país y asegura que con un acuerdo de paz, sería más confiable
Sobre el papel de las agencias calificadoras de riesgo hay mucha literatura especializada, al igual que cantidades de opiniones encontradas sobre su utilidad e independencia. La gestión de estas firmas ha sido muy criticada, especialmente por los días que siempre preceden las grandes catástrofes económicas; las quiebras; los cambios de gobiernos, y todos esos ‘cisnes negros’ de los que están llenos los acontecimiento políticos, económicos y sociales. Pero cuando una entidad de la talla de la agencia Standard & Poor’s dice en su informe sobre Colombia que tiene una nota sobre su deuda de BBB (antes estaba en BBB-), es un hecho que envía un mensaje absolutamente optimista sobre las cosas que se están haciendo en este país.
La nota no es solo una guía que se les da a los inversionistas para que conozcan en qué países es menos riesgoso invertir y cómo van los títulos colombianos, sino un mensaje de tranquilidad sobre las inversiones, y un respaldo para que se confíe en la economía nacional y en su deuda soberana. Es una buena noticia, que beneficia al Gobierno y a las empresas, que se pueden endeudar a menor costo en los mercados internacionales. El informe de S&P concluye que, “elevamos nuestra calificación en moneda extranjera a largo plazo debido a los pilares de fortalecimiento en que se basa la economía de Colombia, que ha reducido su vulnerabilidad a los choques externos y ha mejorado su capacidad de crecimiento del PIB estable a largo plazo (...) Un perfil fiscal fuerte, mercados domésticos de capitales crecientes y una favorable perspectiva a largo plazo del incremento del Producto Interno Bruto, han fortalecido la solvencia crediticia de Colombia”.
Y entre líneas de la calificación se lee que los diálogos de paz con la guerrilla pueden desembocar “en una significativa reducción de la violencia”, lo que le traería a Colombia un mejoramiento sustantivo en sus condiciones económicas y mayor salida de la población de la pobreza. Es un hecho irrefutable que el tema de la paz está en los ojos de las agencias calificadores, que ven en ese hecho político uno de los avances más importantes que pueden desencadenar mejores notas. Por ejemplo Fitch Ratings, que también ratificó la perspectiva positiva de la nota del país, un paso previo para el incremento en la calificación en esa agencia, que está en BB-. La tercera agencia es Moody’s, que califica a Colombia con Baa3, una nota muy buena y de gran estabilidad para los inversionistas.
No podemos olvidar que la cascada de inversionistas y de multinacionales que han llegado al país se debe a que solo hasta 2011, Colombia obtuvo calificaciones de grado de inversión, un estado de interés financiero que había perdido desde 1999.
