MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
Colombia ha avanzado en materia de recaudación de impuestos, pero la evasión sigue siendo uno de los peores dolores de cabeza, ojalá la Dian haga valer su peso
Debe haber una entidad en Colombia a prueba de políticos y politiqueros que ojalá esté siempre en manos de tecnócratas, científicos, tributaristas probos que no tengan que ver con el ciclo de los gobiernos de turno. Se trata de la Dirección Nacional de Impuestos, la Dian, que si bien se ha ido modernizando y dejando atrás el lastre de corrupción y de captura por senadores y representantes, aún está muy lejos de ser una institución de talla mundial.
Hasta hace pocos años al director de la Dian lo ponían los políticos fruto de acuerdos partidistas y los directores regionales eran cuota de caciques que negociaban con impuestos en los pueblos y ciudades; solo desde hace muy pocos años se ha ido limpiando la dirección de impuestos con la incorporación de nuevas tecnologías y de profesionales capacitados bajo la tutela del Ministerio de Hacienda, que ha hecho un buen papel en dos o tres décadas, pues nadie puede negar que Colombia no ha improvisado en jefes de la cartera económica.
Aún la Dian tiene varios lunares como es que controle las aduanas con poca efectividad y eficiencia; es clave hacer una reforma en la que se divida en dos partes la labor de recaudo de impuestos y el manejo de exportaciones e importaciones en los puertos.
Pero en donde más se necesita profundizar la estructura es en el ataque frontal contra la evasión de impuestos; no puede seguir sucediendo que el comercio formal sea canibalizado por el comercio informal, que haya aún establecimientos que no entreguen facturas, que eviten el pago con tarjetas, que no entreguen el IVA cobrado, y que esas prácticas delictivas las hagan a los ojos de los consumidores.
Por ejemplo, el caso de los especialistas médicos que solo reciben dinero en efectivo. Si eso se observa en las grandes ciudades, en la misma Bogotá, al lado de la Dian, qué esperar del comportamiento evasivo en los territorios. Es deber de la Dian atacar de frente la evasión, de tal manera que se eviten por esta condición nuevas reformas tributarias.
Según el Foro Económico Mundial, las economías más grandes es en donde más se evade. Estados Unidos pierde casi US$200.000 millones al año y China US$70.000 millones. Pero la intensidad de las pérdidas es mayor en los países de ingresos bajos como Colombia.
El director general de la Dian, Luis Carlos Reyes, presentó el balance de rendición de cuentas del cierre de 2022 y lo que va de este año a corte de julio de 2022, además de las proyecciones de la entidad entre 2023 y 2026, en el que prevé reducir el costo fiscal de la evasión y el contrabando a menos de 1% del PIB, actualmente está costándole al Estado cerca de 8%.
“El costo de esa evasión es de decenas de billones de pesos (...) La brecha tributaria desde 2014 ha crecido, pasamos de $77,5 billones a $116,9 billones en 2020”. La evasión, a corte de 2020 está rondando $107,9 billones. “Debemos salir a buscar esos montos”, el porcentaje actual de evasión es 25% de las obligaciones tributarias.
En conclusión, en Colombia no solo la carga tributaria está en los mismos empresarios y asalariados de siempre, sino que los evasores siguen campantes. El gran lunar de todas las reformas tributarias de los últimos años es que la evasión no se ataca y que cuando se llega el articulado al Congreso, soluciones como la cárcel para evasores, es tumbada por los congresistas por claro lobby de los interesados.
El alto grado de pugnacidad política que vive el país político no permite ver que sobre los temas más disparatados se puede construir y hacer coincidir asuntos más productivos
Los departamentos del caribe representan 10% del PIB y 13% del consumo de energía, servicio público caótico que vive de intervención en intervención sin solución a la vista
El Gobierno Nacional, antes de discutir una nueva reforma tributaria en el Congreso, debería presentar un plan de austeridad, de ahorro, en lugar de dividir a los contribuyentes