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Durante el último año corrido, el peso colombiano ha perdido 47% de su valor frente al dólar. Una drástica devaluación que nos reduce el poder adquisitivo. Las autoridades económicas del Gobierno Nacional se han mostrado muy complacidas con la devaluación del peso, aduciendo como principal razón que esto nos hará más competitivos en el exterior y que los productos originados o hechos en Colombia se podrán vender mucho más. Sin embargo las cifras actuales muestran otra realidad: En el periodo de enero a abril del presente año, la disminución de nuestras exportaciones fue 3,6 veces mayor que la de las importaciones, lo que muestra que las cuentas que hace el gobierno frente la reactivación de estas últimas, son alegres. Tampoco es real que las exportaciones de productos no tradicionales vayan a compensar la caída de las exportaciones del petróleo. Con el barril del crudo a US$50 aproximadamente, los ingresos que deja de recibir el Estado son inmensos, si se tiene en cuenta que las exportaciones del hidrocarburo representan más de 50% del total de ellas. El fenómeno deficitario en la cuenta corriente, alcanzo el del PIB, durante el primer trimestre del 2015, un cifra alarmante. Este dato no refleja un nivel de bienestar de la economía y podría incluso si la marcha de esta no se recupera, hacerle disminuir a Colombia el grado de inversión que hoy tiene, el que es fundamental a la hora de analizar por parte de los mercados financieros internacionales, las condiciones por las cuales se le aprueba o no a un país un crédito.
Otro factor que se tiene que tener en cuenta a la hora de analizar los efectos que para la economía colombiana tiene la devaluación, es que no solo nuestra moneda sufre este fenómeno, también la devaluación impacta al peso mexicano, al real brasileño, al peso chileno, al peso argentino, al nuevo sol peruano, cuyos productos de exportación también se van abaratar en el exterior. De modo que no vamos a estar solos vendiendo más barato pues, tendremos que seguir compitiendo con grandes productores y exportadores como son México y Brasil; países con una gigante infraestructura en vías y puertos. Por esto sería bueno que las autoridades económicas del gobierno tuvieran en cuenta al momento de sus análisis, la situación de devaluación que impacta a otros países, productores por excelencia de manufacturas que representan precisamente nuestra línea de productos no tradicionales.
El análisis del escenario futuro, debe hacerse completo, incluyendo lo que va pasar con los países con los cuales tiene que competir nuestras exportaciones. Solo así se podrá ofrecer un diagnostico mucho más objetivo y real que es precisamente las autoridades económicas no hacen con claridad.
También en este análisis se debe tener en cuenta que ante la recuperación de la economía de Estados Unidos, la reserva federal se inclinara en subir sus tasas de interés y lo propio harán los bancos comerciales, lo que derivara e la migración de capitales hacia el país del norte, causándose una mayor devaluación en los países latinoamericanos.
La producción industrial en Colombia que no se reactiva; la deficitaria oferta agrícola nacional, agobiada por el precio de los insumos importados como abonos y concentrados; la importación de miles de alimentos, está generando una inflación que ya se siente, fenómeno que tampoco el Gobierno Nacional puede menospreciar en sus análisis.