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ANALISTAS

Colpensiones

sábado, 15 de diciembre de 2012
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Como es sabido, el Gobierno creó a Colpensiones para remplazar al Instituto de Seguros Sociales con el fin de administrar las mesadas de un millón de pensionados, los aportes de dos millones de colombianos que cotizan para una pensión de vejez, invalidez y supervivencia y de unos cuatro millones que cotizaron alguna vez. Colpensiones administrará, asimismo, los ahorros periódicos pasados y futuros de numerosos colombianos con el fin de concederles alguna modesta pensión de jubilación. 

 
La idea tras la creación de Colpensiones radica en suministrarle a cada afiliado o empresario claridad en la información, atención oportuna y procesos claros y transparentes que les permitan al reducido número de colombianos del párrafo anterior, vigilar y tomar decisiones sobre sus ahorros. Estos servicios son estándares en todas las instituciones financieras privadas, salvo para nuestro Estado.  
 
Los avisos recientes de la prensa destacan que en el primer mes de actividad de Colpensiones se atendieron 700.000 trámites. Que en dos horas se aprueba una pensión de jubilación. Que Colpensiones ha reducido el papeleo para que los empresarios vinculen personal… En fin, no terminan las noticias de prensa de ensalzar las maravillas de esta nueva empresa del Estado. 
 
En la página de la web -www.colpensiones.gov.co- se encuentra la historia laboral de cada uno de los afiliados activos, en receso o fallecidos. Aparece en ella un reporte detallado mes por mes de las semanas cotizadas a partir de 1995. Para los años anteriores suelen  aparecer resúmenes. Se observan detalles como: “su empleador presenta deuda por no pago”; “pago aplicado a períodos anteriores”; “no registra afiliación” y “pago en proceso de verificación”. 
 
 Mi experiencia al respecto me permite sospechar que no se están alcanzando casi ninguno de los objetivos mencionados en mi segundo párrafo.  Observo una grave descoordinación entre los sistemas de cómputo involucrados, sobre todo, en los últimos dos años. Además, las instrucciones para la sin par “tramitología” de Colpensiones son incompletas, confusas y los mismos funcionarios de Colpensiones de Medellín se contradicen con los de Bello (Niquía). 
 
Puedo demostrar un dependiente afiliado hace dos años que “no registra afiliación para Colpensiones” a pesar de que para Comfenalco sí figura como vinculado y le prestan servicios.  Imposible ha resultado corregir para otro los “pagos en proceso de verificación” a pesar de poseer constancias de Asocajas y Asopagos, códigos 25-11 y 25-14; es decir, Asopagos sí me retuvo para su jubilación,  pero el dinero no le llegó a Colpensiones. Dichas retenciones todavía pueden comprobarse en la página de internet de Asopagos.  
 
Decenas de miles de colombianos que completaron sus cotizaciones están pendientes de la aprobación de sus pensiones por detalles como los descritos. Eviten esto consultando las historias laborales y acompáñenme en el viacrucis de las correcciones.  No sobra insistir que la gran mayoría de los errores que he tratado de enmendar aparecen en los años 2011 y 2012, cuando ya Colpensiones aparecía en el escenario. ¿Para qué tanta demagogia con las reformas pensionales sin garantizar primero sistemas de información confiables? 
 

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