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Cinco cosas que Colombia puede enseñarle a Haití

jueves, 31 de mayo de 2012
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La semana pasada estuve unos días en Haití trabajando con unos amigos para volver a poner en marcha un programa de desarrollo de negocios que se había estancado desde el terremoto. Las cosas parecen ir menos mal que hace un año, pero Haití está todavía muy lejos del progreso sostenible que se necesita para llevar a cabo una verdadera transformación.

Un amigo haitiano me dijo que el terremoto dejó a la gente en un estado de choque y depresión, seguido por una sensación de euforia cuando se empezó a hablar de los miles de millones de dólares en ayuda externa y la inversión que se prometió (como muchos de nosotros, los haitianos también le creyeron a Bill Clinton cuando dijo que "reconstruirían mejor"). Ahora hay una conciencia de que la reconstrucción será lenta y llena de pausas y arranques. Haití sigue estando a décadas de cualquier semblanza de desarrollo.

Mi amigo me preguntó si había ejemplos de países que habían hecho importantes mejoras en un corto período de tiempo. Discutimos la notable transformación de Colombia durante los últimos 15 años y concluimos cinco lecciones clave para ayudar a países como Haití.

El apoyo externo puede ayudar, pero el país necesita desarrollar su propio plan viable y coherente. Algunos citan el Plan Colombia respaldado por Estados Unidos como una razón importante para el éxito del país. El apoyo financiero y capacitación para las fuerzas armadas fue importante, pero Colombia tuvo éxito porque desarrolló un plan nacional centrado en sus necesidades principales: la mejora de la seguridad, la ampliación de los servicios públicos y el fomento del crecimiento económico. Gran parte de los distintos planes de Haití han sido dictados desde el exterior.

Es necesario obtener un apoyo mayoritario del plan. Existen diversos planes de desarrollo en Haití, pero nadie ha tratado de obtener el apoyo de la mayoría necesario para lograr grandes cambios. El ex presidente Uribe fue capaz de desarrollar un amplio apoyo popular de su visión y un plan para Colombia. Este apoyo es esencial para la ejecución del plan.

Es necesario desarrollar ingresos fiscales internos para apoyar a instituciones funcionales. Sin suficientes ingresos nacionales, los planes no cuentan con un futuro sostenible. El gobierno de Haití sufre de una base impositiva muy pequeña. No existen incentivos para formar parte del sistema tributario. El impuesto sobre el patrimonio que fue implementado por Colombia durante 2002 fue una parte importante de la recuperación del país.

El impuesto recaudó casi US$1.000 millones anuales para los planes de seguridad, pero también obligó mayor transparencia del gobierno. Los colombianos ricos que pagaron el impuesto adicional exigieron rendición de cuentas, ya que se habían comprometido con el sistema. Eventualmente pudieron ver y experimentar los beneficios de su contribución creando un alto nivel de confianza.

Es necesario mejorar las condiciones para hacer negocios. Si se quiere un despegue económico y no existe capital suficiente, se debe generar un ambiente que atraiga inversión. La transformación no estará completa hasta que haya más personas trabajando en el sector formal. Colombia se dio cuenta de esto e hizo más fácil y más seguro, tanto para las empresas nacionales como extranjeras, invertir y poner en marcha sus operaciones.

Por último, el desarrollo de un sentido de orgullo nacional ayudará a cambiar la imagen del país a nivel local y en el extranjero. Este es uno de los motivos más importantes del éxito de Colombia aunque raramente es citado. Una imagen negativa puede significar un desastre para la economía. Un número de organizaciones colombianas se dieron cuenta de esto, pero Yo creo en Colombia fue una de los primeras en tomar medidas reales. Se dieron cuenta de que los colombianos tenían que comprender mejor el valor real de su país y luego aprender a difundirlo. Hoy en día en lugar de discutir el crimen o la guerra contra las drogas, los colombianos no paran de hablar acerca la belleza de Cartagena, las industrias de Medellín o la biodiversidad de la Amazonía.

Colombia no es un país perfecto, por supuesto, pero el país ha experimentado un cambio profundo. Es hora de empezar a utilizar las lecciones de éxito de Colombia para ayudar a países con serias dificultades como Haití.
 

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