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Tras la buena aceptación del libro que lanzó en 2016, el director de cine Iván Obando le apostó a crear el filme que llevará a los espectadores a una historia de hace un siglo
Como cualquier arte, el cine también atraviesa por un proceso de transformación, pues está permeado por las condiciones sociopolíticas y culturales del país donde surge. El séptimo arte colombiano no ha sido la excepción: ha evolucionado de retratar las historias sombrías relacionadas con el narcotráfico, a contar desde fenómenos culturales con un arraigo profundo en las regiones hasta relatos de los primeros desarrollos que ocurrieron en el país, a los que hoy se podrían llamar como emprendimientos.
Iván Obando es el director de ‘Me llevarás en ti’, película que narra la vida de Gonzalo Mejía, quien materializó avances en diferentes esferas empresariales y sociales del país, como el transporte aéreo, el cine, la propulsión en la navegación fluvial y la infraestructura vial desde Antioquia hacia el Caribe y Bogotá.
“Actuar en la película fue cumplir un sueño, además, como espectador. Es muy fácil hacer clic con este tipo de historias. Yo, por ejemplo, me emocioné con la película y el libro”.
Para Obando, es momento de que el cine colombiano cuente historias diferentes a las usuales. El filme, que se basa en su libro homónimo, se lanzará el 24 de octubre.
Su película nació siendo un libro, ¿cómo surgió la idea de convertir su obra en cine?
Mi profesión es la dirección de cine y, por eso, el libro nació como un guion que se llamaba ‘Las alas del paraíso’. Ese guion luego se convertiría en el que ahora es mi libro, el cual se lanzó en 2016 y, como tuvo tanto éxito, logrando pasar a su cuarta edición, decidimos convertirlo en película.
La obra se sitúa entre 1884 y 1956, ¿cuáles retos implicó devolver al espectador más de 100 años atrás en el tiempo?
Regresar en el tiempo supuso una cuidadosa escogencia de locaciones, vestuario y manejo de fotografía, entre otros aspectos. Todo hizo parte de la tarea de producción para llevar la película a escenarios situados en ciudades de Italia y España y lograr que todo encajara a la perfección con lo que se iba a grabar en Colombia.
¿Qué aspecto fue el más complicado al mezclar elementos históricos como los logros de Gonzalo Mejía con elementos ficticios?
Fue un reto que se enfocaba más en ser respetuoso con un personaje que hizo tanto por el país. Cuando tienes que relatar a un personaje que es bibliográfico y mezclas elementos de ficción, se corre el riesgo de cambiar la imagen que tiene la gente sobre esa persona. En mi caso, me ocupé de realizar una investigación profunda en lo que concierne a la vida de Gonzalo y no exageré en ningún elemento que posiblemente hubiera podido dar mejores resultados a la hora de contar, por ejemplo, la historia de amor entre los protagonistas.
Al ser una película romántica, el filme dista un poco de algunas piezas realizadas en el país, ¿qué propósito tenía al realizar una película perteneciente a este género?
Creo que en Colombia vale la pena contar historias diferentes a las acostumbradas, historias que cuenten la vida de personajes que merecen ser conocidos por sus logros y aportes para mejorar el país. Desde cualquier lugar se pueden hacer cosas que no estén basadas solo en la tragedia o en la comedia que, a mi parecer, es un género que se encuentra un poco desgastado y necesita reinventarse.
¿Qué opina de las producciones que constituyen el cine actual colombiano?
Siento que, aunque estén empezando a aparecer cosas interesantes en la industria, como ‘Perseguida’, un filme que trata el tema de enfermedades mentales dirigido por un colombiano, hace falta que nosotros como sociedad demos una mirada más profunda al cine que se está gestando en el país. Además, no solo desde el púbico que consume este arte en las salas de cine, sino desde el punto de vista legal, ya que el Gobierno y las autoridades también juegan un papel fundamental en la industria. Para mí, el cine es un espacio mágico donde se pueden despertar cualquier tipo de sensaciones y también es un medio para reconocernos como sociedad.
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